El funcionamiento de las universidades ecuatorianas está sujeto a nuevas reglas: evaluación y acatamiento a normativas dispuestas por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), presidida por un funcionario de libre nombramiento y remoción del Ejecutivo.
El primer paso es la evaluación a 71 instituciones de educación superior que hará, en abril de 2012, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceacces), tal como lo estipula la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), vigente desde el 12 de octubre de 2010.
El exConsejo Nacional de Acreditación y Certificación de la Educación Superior (Conea) clasificó a las universidades en cinco categorías: A-B-C-D y E. De ellas, 26 obtuvieron calificación E, la más baja. Sus deficiencias: No tenían docentes con títulos de PhD, su proyecto académico no estaba consolidado, no contaban con una planta docente fija, el campo investigativo era deficiente y además tenían una infraestructura inadecuada.
Universidades como OG Mandino, Iberoamericana, Otavalo, Panamericana de Cuenca, Técnica de Manabí, entre otras, aseguraron que tomaron los correctivos necesarios para no desaparecer.
Próxima evaluación
El presidente de la Ceacces, Guillaume Long, indicó que la valoración será totalmente técnica y no habrá privilegios ni desventajas para nadie. “Va a imperar un espíritu técnico, no habrá relación privilegiada, evaluaremos a todas las universidades con imparcialidad”, dijo.
Hólger Capa, vocal del Consejo, se sumó al argumento de Long. “Para la evaluación es conveniente establecer estándares claros, todo debe reglamentarse para que sepan cuál será la cancha en la que van a jugar. No vamos a perseguir a nadie, simplemente buscamos que las universidades suban su nivel, queremos que todas estén en la mejor categoría (A)”, indicó.
La evaluación partirá con la creación de un Reglamento y Código de Ética, tal como lo estipula el artículo 101, de la LOES.
“El Ceacces aprobará el Reglamento que regulará las actividades de los evaluadores externos y de todos los especialistas, consultores y funcionarios, y el Código de Ética, en el que se hará constar los requisitos, las incompatibilidades, prohibiciones y su forma de selección”, señaló Long.
Este código será suscrito por los miembros del equipo evaluador y se hará constar la responsabilidad civil y laboral que acarrearía su incumplimiento.
Constará la declaración juramentada de los evaluadores de no tener conflicto de interés con la institución, carrera o programa acreditado y categorizado.
De la nueva calificación participarán evaluadores externos quienes deberán acreditar formación académica de maestría o doctorado, tal como lo establece el artículo 121 de la LOES, y además tener experiencia en procesos de evaluación y acreditación de la educación superior.
El primer paso es la evaluación a 71 instituciones de educación superior que hará, en abril de 2012, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceacces), tal como lo estipula la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), vigente desde el 12 de octubre de 2010.
El exConsejo Nacional de Acreditación y Certificación de la Educación Superior (Conea) clasificó a las universidades en cinco categorías: A-B-C-D y E. De ellas, 26 obtuvieron calificación E, la más baja. Sus deficiencias: No tenían docentes con títulos de PhD, su proyecto académico no estaba consolidado, no contaban con una planta docente fija, el campo investigativo era deficiente y además tenían una infraestructura inadecuada.
Universidades como OG Mandino, Iberoamericana, Otavalo, Panamericana de Cuenca, Técnica de Manabí, entre otras, aseguraron que tomaron los correctivos necesarios para no desaparecer.
Próxima evaluación
El presidente de la Ceacces, Guillaume Long, indicó que la valoración será totalmente técnica y no habrá privilegios ni desventajas para nadie. “Va a imperar un espíritu técnico, no habrá relación privilegiada, evaluaremos a todas las universidades con imparcialidad”, dijo.
Hólger Capa, vocal del Consejo, se sumó al argumento de Long. “Para la evaluación es conveniente establecer estándares claros, todo debe reglamentarse para que sepan cuál será la cancha en la que van a jugar. No vamos a perseguir a nadie, simplemente buscamos que las universidades suban su nivel, queremos que todas estén en la mejor categoría (A)”, indicó.
La evaluación partirá con la creación de un Reglamento y Código de Ética, tal como lo estipula el artículo 101, de la LOES.
“El Ceacces aprobará el Reglamento que regulará las actividades de los evaluadores externos y de todos los especialistas, consultores y funcionarios, y el Código de Ética, en el que se hará constar los requisitos, las incompatibilidades, prohibiciones y su forma de selección”, señaló Long.
Este código será suscrito por los miembros del equipo evaluador y se hará constar la responsabilidad civil y laboral que acarrearía su incumplimiento.
Constará la declaración juramentada de los evaluadores de no tener conflicto de interés con la institución, carrera o programa acreditado y categorizado.
De la nueva calificación participarán evaluadores externos quienes deberán acreditar formación académica de maestría o doctorado, tal como lo establece el artículo 121 de la LOES, y además tener experiencia en procesos de evaluación y acreditación de la educación superior.
Ascenso de categoría
Para poder ascender de categoría las universidades tuvieron que contratar docentes con títulos en PhD, impulsar programas de investigación, fortalecer sus mallas curriculares, ampliar su infraestructura, ajustar los reglamentos y la normativa de la institución, entre otros aspectos.
El rector de la Universidad Panamericana de Cuenca, Antonio Martínez, cuya institución está en la categoría E, indicó: “Si bien consideramos que la calificación que se expidió sobre la Universidad Panamericana no fue justa, pues no se revisó el resultado final de la educación, que es la calidad de nuestros egresados, hemos puesto especial énfasis en contar con todas las reglamentaciones establecidas en las normas para lo cual el Consejo Universitario ha expedido los reglamentos correspondientes. Prácticamente, todos nuestros profesores tienen título de cuarto nivel y los restantes están actualmente cursando estudios para lograrlo”, mencionó Martínez.