La oferta de alimentos, servicios de logística, materiales de empaques y etiquetas fue lo que más se ofreció, por parte de los pequeños proveedores, a las cadenas industriales y comerciales, que levantaron sus ‘stands’, en la primera feria de negocios a la inversa.
El objetivo es reemplazar con productos locales las importaciones que realizan las empresas para sus negocios. El evento se realiza en el Centro de Convenciones Simón Bolívar donde más de 100 empresas buscan nuevos socios locales. Según los registros de la Cámara de Industria de Guayaquil, se tienen previsto realizar 1 300 reuniones de negocios y esperan como base lograr acuerdos de venta por USD 50 millones.
Las firmas más visitadas fueron las cadenas La Favorita (Supermaxi, Megamaxi, Akí), El Rosado (Mi Comisariato) y Tía que demandan alimentos, herramientas, logística y empaques.
Eduardo Bravo, con su maleta en mano esperaba su turno para entrevistarse con los ejecutivos de La Favorita. Bravo ofrecía tableros y mantenimiento de aire acondicionados. “Les interesó el servicio de mantenimiento porque tienen cadenas de supermercado en varias zonas y requieren ese servicio. Me van a contactar y hacer unas pruebas antes de ponernos de acuerdo en el negocio”.
Bravo es gerente de Industrias Bravo, empresa ubicada en Machala, y tuvo seis reuniones. “Lo que no había conseguido por teléfonos lo hice ahora. Fue una conversación directa y rápida”.
Rubén Salazar, gerente comercial de La Favorita, sostuvo que el 20% de los productos que comercializan son importados y que la idea es reducirlos cada día más. “Hay programadas 120 citas en dos días y hay mucha expectativas porque ofrecen buenos servicios y productos”.
Para Andrea Rubio, gerente de gráficas Hernández, las citas fueron para promocionar sus productos ya que se encargó de dejar muestras para futuros pedidos. “Fue una cita de contactos y no se pudo vender. Por lo menos nos dimos a conocer y que nos tengan en la lista de proveedores”.
La feria ayudó a ampliar las ofertas locales. Jorge Muñoz, supervisor de compras de Tía, dijo que los sectores alimentos y limpieza del hogar fueron los más concurrentes en las citas. “Ofrecían variedades de ‘snacks’, productos de carne de llama y más. Muchos ofrecen artículos innovadores y no tradicionales que buscan un espacio en las pechas de las cadenas”.
Tía importa el 20% de sus productos y según Muñoz, la idea es reducir más con la producción local. “La clave está en garantizar el abastecimiento permanente ya que cuando no se satisface la demanda se importa”.
Pero para otros la feria no tuvo mucha afluencia. René Bravo, jefe de mantenimiento de Inalecsa, sostuvo que esperaba más visitantes y ofertas de proveedores de materias primas como maíz, plátanos y maquinaria. “Solo ven lo que necesitamos y apuntan. Ojalá se concrete algo y podamos reducir gastos”.
La feria también realizó salas de conferencias para promocionar las exportaciones donde participaron expertos de la Asociación Latinoamericana de Integración y el jefe negociador de la Cancillería, Méntor Villagómez. También participó el alcalde, Jaime Nebot, quien insistió en la seguridad jurídica para desarrollar los mercados.
Licencias para importación regirían desde el próximo 16
Los empresarios pidieron ayer al Gobierno tres reformas a la Resolución 17 del Comité de Comercio Exterior (Comex), la cual fue publicada el 26 de agosto pasado en el Registro Oficial. Ahí se estableció que para importar 51 partidas arancelarias, entre las que están celulares, autos, CKD, etc., se requerirá una licencia previa.
Unos 20 importadores mantuvieron la mañana de ayer una reunión con funcionarios del Comex, con el fin de llenar los vacíos de la resolución 17. Por ejemplo, se habló de lo complicado que sería tramitar una licencia para cada importación y presentar una decena de documentos, incluso notarizados, en cada trámite.
Una complicación adicional para quienes importan desde varios destinos es la obligación de nacionalizar la mercadería proveniente de un país para realizar el trámite de la siguiente compra.
Debido a que la nueva normativa cayó de sorpresa, muchos empresarios ya tenían sus productos camino a los puertos de embarque, los cuales quedaron en espera. De ahí que se pidió un período de transición para que empiece a regir la aplicación de licencias.
El objetivo es reemplazar con productos locales las importaciones que realizan las empresas para sus negocios. El evento se realiza en el Centro de Convenciones Simón Bolívar donde más de 100 empresas buscan nuevos socios locales. Según los registros de la Cámara de Industria de Guayaquil, se tienen previsto realizar 1 300 reuniones de negocios y esperan como base lograr acuerdos de venta por USD 50 millones.
Las firmas más visitadas fueron las cadenas La Favorita (Supermaxi, Megamaxi, Akí), El Rosado (Mi Comisariato) y Tía que demandan alimentos, herramientas, logística y empaques.
Eduardo Bravo, con su maleta en mano esperaba su turno para entrevistarse con los ejecutivos de La Favorita. Bravo ofrecía tableros y mantenimiento de aire acondicionados. “Les interesó el servicio de mantenimiento porque tienen cadenas de supermercado en varias zonas y requieren ese servicio. Me van a contactar y hacer unas pruebas antes de ponernos de acuerdo en el negocio”.
Bravo es gerente de Industrias Bravo, empresa ubicada en Machala, y tuvo seis reuniones. “Lo que no había conseguido por teléfonos lo hice ahora. Fue una conversación directa y rápida”.
Rubén Salazar, gerente comercial de La Favorita, sostuvo que el 20% de los productos que comercializan son importados y que la idea es reducirlos cada día más. “Hay programadas 120 citas en dos días y hay mucha expectativas porque ofrecen buenos servicios y productos”.
Para Andrea Rubio, gerente de gráficas Hernández, las citas fueron para promocionar sus productos ya que se encargó de dejar muestras para futuros pedidos. “Fue una cita de contactos y no se pudo vender. Por lo menos nos dimos a conocer y que nos tengan en la lista de proveedores”.
La feria ayudó a ampliar las ofertas locales. Jorge Muñoz, supervisor de compras de Tía, dijo que los sectores alimentos y limpieza del hogar fueron los más concurrentes en las citas. “Ofrecían variedades de ‘snacks’, productos de carne de llama y más. Muchos ofrecen artículos innovadores y no tradicionales que buscan un espacio en las pechas de las cadenas”.
Tía importa el 20% de sus productos y según Muñoz, la idea es reducir más con la producción local. “La clave está en garantizar el abastecimiento permanente ya que cuando no se satisface la demanda se importa”.
Pero para otros la feria no tuvo mucha afluencia. René Bravo, jefe de mantenimiento de Inalecsa, sostuvo que esperaba más visitantes y ofertas de proveedores de materias primas como maíz, plátanos y maquinaria. “Solo ven lo que necesitamos y apuntan. Ojalá se concrete algo y podamos reducir gastos”.
La feria también realizó salas de conferencias para promocionar las exportaciones donde participaron expertos de la Asociación Latinoamericana de Integración y el jefe negociador de la Cancillería, Méntor Villagómez. También participó el alcalde, Jaime Nebot, quien insistió en la seguridad jurídica para desarrollar los mercados.
Licencias para importación regirían desde el próximo 16
Los empresarios pidieron ayer al Gobierno tres reformas a la Resolución 17 del Comité de Comercio Exterior (Comex), la cual fue publicada el 26 de agosto pasado en el Registro Oficial. Ahí se estableció que para importar 51 partidas arancelarias, entre las que están celulares, autos, CKD, etc., se requerirá una licencia previa.
Unos 20 importadores mantuvieron la mañana de ayer una reunión con funcionarios del Comex, con el fin de llenar los vacíos de la resolución 17. Por ejemplo, se habló de lo complicado que sería tramitar una licencia para cada importación y presentar una decena de documentos, incluso notarizados, en cada trámite.
Una complicación adicional para quienes importan desde varios destinos es la obligación de nacionalizar la mercadería proveniente de un país para realizar el trámite de la siguiente compra.
Debido a que la nueva normativa cayó de sorpresa, muchos empresarios ya tenían sus productos camino a los puertos de embarque, los cuales quedaron en espera. De ahí que se pidió un período de transición para que empiece a regir la aplicación de licencias.