jueves, 1 de septiembre de 2011

Aguaje de luna nueva trajo olas de hasta 5 metros que causaron daños

Localidades costeras de Santa Elena, Manabí y Galápagos fueron sorprendidas por la intensidad del aguaje que cíclicamente se produce en la faja costera.

El aguaje de luna nueva tomó, según un informe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), “fuerza inesperada” y causó daños de mediana magnitud en poblaciones costeras de Manabí, Santa Elena y Galápagos. Según el pronóstico del Inocar, el fenómeno cíclico coincidió con el ingreso de olas del suroeste con altura media entre 1,5 m y 2 m. Pero en varias localidades, las ondas alcanzaron hasta 5 metros.

El Manabí, cinco cantones costeros fueron los más afectados por el fenómeno, que se presentó entre el lunes y ayer y que normalmente llega a la faja costera dos veces al mes.

Pero este aguaje fue fuerte y causó efectos en Pedernales, Jama, Sucre, San Vicente y Jipijapa. En el balneario de Puerto Cayo, cantón Jipijapa, varias lanchas tuvieron daños en su estructura. La SNGR no cuantificó. Dos cabañas presentaron daños. En Bahía de Caráquez (Sucre) y San Vicente hubo inundaciones por la arremetida del mar, la tarde del martes.

Olas de 3 m de altura ingresaron hasta 400 m al interior de Bahía, lo que colapsó el sistema de alcantarillado sanitario y pluvial por la acumulación del agua de mar. Ayer, personal municipal realizó trabajos de limpieza de material marino.

Mientras, en el balneario Matal, de Jama, por la marea alta de la madrugada de ayer fueron afectadas unas 20 cabañas de madera y caña, que prestaban servicio de comida rápida y pertenecían a Jorge Mera, Jesús Argüello, Lorena Medina, Hernán Moncayo, y otros.

En el puerto pesquero Zurrones, de Pedernales, el mar destruyó una vivienda de madera de Édison Vera Cevallos. Otras 13 quedaron a punto de colapsar. Las familias salieron ayer a la escuela del sector, informó el alcalde Manuel Panezo.

Un cálculo inicial de organismos seccionales estimó en 50 mil dólares los daños en el malecón y muelle de Puerto Baquerizo Moreno, por el golpe de olas de hasta 5 metros, la noche del martes y madrugada de ayer. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Galápagos se reunió ayer para evaluar los daños.

La tarde del martes, los pobladores y turistas se congregaron en el malecón de la capital de Galápagos y observaban admirados el golpe de las olas. Pero a eso de las 17:00, elementos de la Armada obligaron a alejarse a los curiosos, por el peligro.

En Santa Elena, en la caleta pesquera La Carioca, del cantón La Libertad, impactaron olas de hasta cuatro metros.

“Parecía que había temblor; mi casa de dos pisos se estremecía por el bramido de las olas. Cuando me levanté, pequeñas piedras hicieron quebrar los vidrios de la ventana”, narró asustada Mercedes Panchana, ama de casa. Gonzalo Menoscal, de la SNGR, dijo que en Santa Rosa (Salinas) una lancha se viró con toda pesca. Dijo que este aguaje fue el más fuerte del año.

El golpe de las olas puso al descubierto restos arqueológicos y tres urnas fúnebres en la playa La Carioca, del cantón La Libertad. Según Manuel Yagual, estudiante de Arqueología, los vestigios pertenecerían a la cultura Huancavilca. Personal del Municipio acordonó el sector.

La Capitanía de Puerto de Salinas informó ayer en la tarde que por la fuerza de las olas se suspendieron las actividades en la terminal petrolera de La Libertad. Ayer no se cargaba combustible a los barcos. En Mar Bravo, maquinaria colocaba material pétreo, ayer en la tarde, para forma un muro protector.