En la avenida Quito entre Gómez Rendón y Brasil, una gasolinera de la red Masgas compite en precio con Petrocomercial con el fin de captar más clientes.Ampliar imagen
En la avenida Quito entre Gómez Rendón y Brasil, una gasolinera de la red Masgas compite en precio con Petrocomercial con el fin de captar más clientes.
En una diferencia de 33 centavos por galón se mueven los precios de la gasolina súper en las estaciones de servicios del país. Masgas y Tecplus compiten en el mercado con un valor de $ 1,96 y $ 1,98, mientras que en la red de afiliadas a la estatal Petrocomercial está a $ 2 y en otras distribuidoras se manejan costos de $ 2,19 hasta $ 2,29.
En Guayaquil, este último valor lo fijó una gasolinera Mobil, la ubicada en la av. de las Américas, de la operadora ExxonMobil-Nucopsa, que también subió el costo en otras 21 del resto del país.
El incremento, según Leonardo Alvarado, presidente de la Asociación de Distribuidores Privados de Combustibles del Guayas, es una señal de que los precios se disparan como solución para mejorar la rentabilidad del negocio.
Alvarado cree que la competencia en el mercado es desigual con las gasolineras de la red de afiliadas a Petrocomercial, que tiene 176 estaciones en el país y cuyo gancho es el precio más bajo. Explica que esto se da porque son abastecidas directamente por la estatal, sin intermediarios.
La Ley de Hidrocarburos, en el reglamento sustitutivo expedido en el 2005, fija en $ 1,50 el precio del galón de la súper en las terminales (Pascuales, en Guayaquil). Este producto, en ciertos casos de las privadas, no es adquirido directamente, sino a través de intermediarias o comercializadoras a las que están afiliadas, que podrían ser Terpel, Primax, Petróleos y Servicios, Mobil, entre otras.
Alvarado sostiene que a las estaciones de servicio privadas que están bajo la marca de una red, pero no pertenecen a esta, les llega un producto con un precio al que se le ha sumado el costo base de la gasolina, más impuestos, además el margen de la comercializadora que puede rondar el 10%.
A esto se agrega el costo del transporte del combustible desde la terminal a la estación, que se calcula según la distancia: de 20 a 30 kilómetros puede costar un centavo adicional por galón. Alvarado indica que a veces también se agrega un valor por mejoras e inversiones que hacen las comercializadoras en las estaciones.
Según él, quien es propietario de una estación de la Terpel, al existir la intermediación y no haber regulación del precio de la súper, a partir del valor que ponen las comercializadoras se fija el costo al público.
En la avenida Quito entre Gómez Rendón y Brasil, una gasolinera de la red Masgas compite en precio con Petrocomercial con el fin de captar más clientes.
En una diferencia de 33 centavos por galón se mueven los precios de la gasolina súper en las estaciones de servicios del país. Masgas y Tecplus compiten en el mercado con un valor de $ 1,96 y $ 1,98, mientras que en la red de afiliadas a la estatal Petrocomercial está a $ 2 y en otras distribuidoras se manejan costos de $ 2,19 hasta $ 2,29.
En Guayaquil, este último valor lo fijó una gasolinera Mobil, la ubicada en la av. de las Américas, de la operadora ExxonMobil-Nucopsa, que también subió el costo en otras 21 del resto del país.
El incremento, según Leonardo Alvarado, presidente de la Asociación de Distribuidores Privados de Combustibles del Guayas, es una señal de que los precios se disparan como solución para mejorar la rentabilidad del negocio.
Alvarado cree que la competencia en el mercado es desigual con las gasolineras de la red de afiliadas a Petrocomercial, que tiene 176 estaciones en el país y cuyo gancho es el precio más bajo. Explica que esto se da porque son abastecidas directamente por la estatal, sin intermediarios.
La Ley de Hidrocarburos, en el reglamento sustitutivo expedido en el 2005, fija en $ 1,50 el precio del galón de la súper en las terminales (Pascuales, en Guayaquil). Este producto, en ciertos casos de las privadas, no es adquirido directamente, sino a través de intermediarias o comercializadoras a las que están afiliadas, que podrían ser Terpel, Primax, Petróleos y Servicios, Mobil, entre otras.
Alvarado sostiene que a las estaciones de servicio privadas que están bajo la marca de una red, pero no pertenecen a esta, les llega un producto con un precio al que se le ha sumado el costo base de la gasolina, más impuestos, además el margen de la comercializadora que puede rondar el 10%.
A esto se agrega el costo del transporte del combustible desde la terminal a la estación, que se calcula según la distancia: de 20 a 30 kilómetros puede costar un centavo adicional por galón. Alvarado indica que a veces también se agrega un valor por mejoras e inversiones que hacen las comercializadoras en las estaciones.
Según él, quien es propietario de una estación de la Terpel, al existir la intermediación y no haber regulación del precio de la súper, a partir del valor que ponen las comercializadoras se fija el costo al público.
