La Central Hidroeléctrica Agoyán, por primera vez en sus 25 años de funcionamiento, ingresó a un proceso de reparación, específicamente de las turbinas de generación. Víctor Hugo Jácome, gerente general de Hidroagoyán, explicó que en las administraciones anteriores se optó por reemplazarlas con equipos nuevos.
Para esos recambios se debían invertir USD 6,1 millones. En repotenciarlos se gastó USD 1,06 millones. Una vez repotenciados, en octubre de este año se instalarán en la primera turbina y en noviembre del 2012, en la segunda.
Para este trabajo de repotenciación, las turbinas fueron enviadas a Chile, para que la compañía Andrit Chile Ltda. las reparara con nuevas técnicas de soldadura.
Antes, una parte de las turbinas Francis se reemplazaban por nuevas, cada cinco años. Las piezas usadas eran recicladas.
Estos trabajos en Agoyán coinciden, en cambio, con la reapertura de operaciones de la Central San Francisco, por lo que no se prevén problemas de abastecimiento eléctrico al país.
Este complejo opera desde el pasado viernes con sus dos turbinas a plena capacidad. Los 217 megavatios que produce empezaron a distribuirse en el Sistema Nacional Interconectado (SIN). Los técnicos Rómmel Aguagallo y José Bedón realizan monitoreos permanentes desde ese día.
Desde noviembre del 2010, San Francisco dejó de operar con sus dos turbinas. Luego de las reparaciones y mantenimiento, desde hace cerca de un mes, finalmente, entró en funcionamiento uno de esos equipos.
La reparación se debió a que ocurrieron daños de construcción en el túnel, de 13,5 km, que conduce las aguas utilizadas en la Central de Agoyán hacia la casa de máquinas de San Francisco. Los inconvenientes en el túnel hicieron que el material pétreo y varillas llegaran hasta una de las turbinas y eso ocasionó la salida de operación en junio del 2008.
Jácome, que lidera la empresa estatal que administra la Central, mencionó que la reparación del túnel y la turbina, no le costó un centavo al Estado. Los costos fueron pagados por la brasileña Odebrecht, que construyó la generadora. No se conoce el monto.
Jácome destacó que en el proceso de reparación trabajaron alrededor de 500 personas. Se sumaron técnicos brasileños y de otras nacionalidades, además de expertos en construcción de centrales hidroeléctricas.
La construcción de esta obra se inició en el 2004, a un costo de USD 242 millones. Se financió con un crédito del Banco de Desarrollo de Brasil, más una contraparte nacional.
Para esos recambios se debían invertir USD 6,1 millones. En repotenciarlos se gastó USD 1,06 millones. Una vez repotenciados, en octubre de este año se instalarán en la primera turbina y en noviembre del 2012, en la segunda.
Para este trabajo de repotenciación, las turbinas fueron enviadas a Chile, para que la compañía Andrit Chile Ltda. las reparara con nuevas técnicas de soldadura.
Antes, una parte de las turbinas Francis se reemplazaban por nuevas, cada cinco años. Las piezas usadas eran recicladas.
Estos trabajos en Agoyán coinciden, en cambio, con la reapertura de operaciones de la Central San Francisco, por lo que no se prevén problemas de abastecimiento eléctrico al país.
Este complejo opera desde el pasado viernes con sus dos turbinas a plena capacidad. Los 217 megavatios que produce empezaron a distribuirse en el Sistema Nacional Interconectado (SIN). Los técnicos Rómmel Aguagallo y José Bedón realizan monitoreos permanentes desde ese día.
Desde noviembre del 2010, San Francisco dejó de operar con sus dos turbinas. Luego de las reparaciones y mantenimiento, desde hace cerca de un mes, finalmente, entró en funcionamiento uno de esos equipos.
La reparación se debió a que ocurrieron daños de construcción en el túnel, de 13,5 km, que conduce las aguas utilizadas en la Central de Agoyán hacia la casa de máquinas de San Francisco. Los inconvenientes en el túnel hicieron que el material pétreo y varillas llegaran hasta una de las turbinas y eso ocasionó la salida de operación en junio del 2008.
Jácome, que lidera la empresa estatal que administra la Central, mencionó que la reparación del túnel y la turbina, no le costó un centavo al Estado. Los costos fueron pagados por la brasileña Odebrecht, que construyó la generadora. No se conoce el monto.
Jácome destacó que en el proceso de reparación trabajaron alrededor de 500 personas. Se sumaron técnicos brasileños y de otras nacionalidades, además de expertos en construcción de centrales hidroeléctricas.
La construcción de esta obra se inició en el 2004, a un costo de USD 242 millones. Se financió con un crédito del Banco de Desarrollo de Brasil, más una contraparte nacional.