De acuerdo al Informe Global sobre Tecnología de la Información 2010-2011, Transformaciones 2.0, que fuera presentado el mes pasado por el World Economic Forum, América Latina sigue atrasada frente a los países de Europa y los “Tigres de Asia”. No dice que Ecuador se encuentra rezagado en tecnología, como lo tituló diario El Comercio, en su edición del lunes pasado.
El extenso documento da cuenta del liderazgo de Barbados y Chile en la región. Las estadísticas también registran el significativo paso de nuestro país, del puesto 116 al 108 en el ranking general de 138 naciones investigadas, manteniendo el mismo lugar desde 2008. Los avances y el esfuerzo gubernamental del Gobierno Nacional por introducir a Ecuador en el siglo XXI en la era de la informática son determinantes.
Cuando Rafael Correa asumió la Presidencia de la República el 15 de enero de 2007, la ruptura de la brecha digital con nuestros vecinos y economías del primer mundo aún no se había planteado como política de Estado. Hasta entonces, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) habían ocupado un discreto lugar entre las prioridades.
La situación económica del país, fatal herencia de los gobiernos anteriores, había limitado la inversión en infraestructura para las áreas urbanas y rurales, tomando en cuenta las condiciones geográficas, el bajo nivel educativo de la población, el desconocimiento de la informática, e incluso la falta de energía eléctrica. Un proceso de cambio radical necesitaba cimentar las bases del desarrollo y un nuevo giro en la mentalidad de sus habitantes.
Las estadísticas registradas entre 1998 y 2002, a nivel mundial, revelaban que el desarrollo económico de un país podría ser incrementado por la capacidad productiva de los bienes de capital, el trabajo y los recursos naturales. Sin embargo, ninguno de estos factores podría considerarse como determinante por sí solo. La inversión en las TIC se frenó en Ecuador por el impacto de la crisis financiera ocurrida entre 1998-1999 y el proceso posterior de dolarización.
El informe al que hacemos referencia al comienzo de esta nota (2010-2011) destaca que al final de la primera década del siglo XXI se percibe un notable progreso en el desarrollo de las redes de fibra óptica, acceso a Internet, así como a la telefonía fija y móvil.
Pero no particulariza que, al margen de los 71 indicadores económicos y sociales utilizados, en tres años el país mejoró la disponibilidad de tecnología en red, orientada a la educación con las escuelas del milenio; inversión para la introducción de la televisión digital terrestre, acceso al Plan Nacional de Conectividad en las zonas rurales, telefonía fija con 1’857.912 líneas a nivel nacional, 253.714 puertos de Internet, 1.947 establecimientos educativos con banda ancha, instalación de 57 infocentros y ampliación de las coberturas de radio y televisión pública para 9’068.692 habitantes, así como el incremento en el 159%a las poblaciones atendidas a nivel de telecomunicaciones por la Corporación Nacional de Telecomunicaciones, CNT EP.
El extenso documento da cuenta del liderazgo de Barbados y Chile en la región. Las estadísticas también registran el significativo paso de nuestro país, del puesto 116 al 108 en el ranking general de 138 naciones investigadas, manteniendo el mismo lugar desde 2008. Los avances y el esfuerzo gubernamental del Gobierno Nacional por introducir a Ecuador en el siglo XXI en la era de la informática son determinantes.
Cuando Rafael Correa asumió la Presidencia de la República el 15 de enero de 2007, la ruptura de la brecha digital con nuestros vecinos y economías del primer mundo aún no se había planteado como política de Estado. Hasta entonces, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) habían ocupado un discreto lugar entre las prioridades.
La situación económica del país, fatal herencia de los gobiernos anteriores, había limitado la inversión en infraestructura para las áreas urbanas y rurales, tomando en cuenta las condiciones geográficas, el bajo nivel educativo de la población, el desconocimiento de la informática, e incluso la falta de energía eléctrica. Un proceso de cambio radical necesitaba cimentar las bases del desarrollo y un nuevo giro en la mentalidad de sus habitantes.
Las estadísticas registradas entre 1998 y 2002, a nivel mundial, revelaban que el desarrollo económico de un país podría ser incrementado por la capacidad productiva de los bienes de capital, el trabajo y los recursos naturales. Sin embargo, ninguno de estos factores podría considerarse como determinante por sí solo. La inversión en las TIC se frenó en Ecuador por el impacto de la crisis financiera ocurrida entre 1998-1999 y el proceso posterior de dolarización.
El informe al que hacemos referencia al comienzo de esta nota (2010-2011) destaca que al final de la primera década del siglo XXI se percibe un notable progreso en el desarrollo de las redes de fibra óptica, acceso a Internet, así como a la telefonía fija y móvil.
Pero no particulariza que, al margen de los 71 indicadores económicos y sociales utilizados, en tres años el país mejoró la disponibilidad de tecnología en red, orientada a la educación con las escuelas del milenio; inversión para la introducción de la televisión digital terrestre, acceso al Plan Nacional de Conectividad en las zonas rurales, telefonía fija con 1’857.912 líneas a nivel nacional, 253.714 puertos de Internet, 1.947 establecimientos educativos con banda ancha, instalación de 57 infocentros y ampliación de las coberturas de radio y televisión pública para 9’068.692 habitantes, así como el incremento en el 159%a las poblaciones atendidas a nivel de telecomunicaciones por la Corporación Nacional de Telecomunicaciones, CNT EP.