El presidente estadounidense Barack Obama apeló ayer a la presión popular para lograr que el Congreso acepte examinar una reforma migratoria integral, durante un discurso en la fronteriza ciudad de El Paso.
“Este cambio tiene que ser conducido por ustedes, para ayudarnos a lograr una reforma integral”, pidió Obama, ante centenares de personas.
“Les pido que añadan sus voces a este debate. Necesitamos que Washington sepa que hay un movimiento en favor de la reforma que gana fuerza de costa a costa. Así lo lograremos”, dijo.
En su segundo discurso dedicado específicamente al tema de la reforma migratoria, desde que asumió el poder, el mandatario aseguró que sigue apoyando el proyecto conocido como Dream Act, que daría una posibilidad de legalización a estudiantes que llegaron indocumentados al país, más de 65.000 al año, según cálculos extraoficiales.
Ese proyecto fracasó en el Senado en diciembre pasado, ante la oposición de republicanos y algunos demócratas.
Pero Obama no reveló ninguna estrategia específica para intentar avanzar el debate migratorio. El mandatario ha recibido a líderes de la comunidad hispana en la Casa Blanca, y su gobierno prevé a corto plazo, reuniones públicas protagonizadas por miembros del gabinete en todo el país.
En Estados Unidos viven unos 10,8 millones de indocumentados, la mayoría de ellos de origen hispano, según datos oficiales.
La reforma migratoria integral debería incluir la seguridad fronteriza, sanciones para las empresas que emplean indocumentados y un proceso claro, incluidas también sanciones, para los que están en el país sin papeles, recordó Obama.
El último paso sería reformar el sistema de inmigración, que el presidente calificó de “anacrónico”, mediante un nuevo sistema de visas que dé respuesta a la gran demanda en el sector agrícola de trabajadores temporales, o de ingenieros en el sector de alta tecnología.
“La reforma de la inmigración es un imperativo económico”, aseguró Obama.
El Paso, situada justo al otro lado de la violenta urbe mexicana de Ciudad Juárez, es una de las urbes más seguras de EE.UU., recordó Obama.
El gobierno tiene desplegados a lo largo de la frontera con México, más de 20.000 agentes, un número récord.