Ecuador espera que en este año se concrete el Banco del Sur y con ello avance la creación de la nueva estructura financiera regional, en el marco de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Para tratar los avances y las próximas acciones a seguir, se reúnen en Quito representantes de los bancos centrales de América del Sur.
Diego Borja, presidente del Banco Central del Ecuador (BCE), explicó que esta tercera reunión servirá para “continuar la discusión sobre la nueva arquitectura financiera regional”, sobre todo porque “la crisis (financiera mundial) no ha culminado y probablemente se profundice, por lo que es crucial dotarse de un sistema que permita defender las economías” de América del Sur.
Según él, una de las señales que alertan un coletazo de la crisis son el precio especulativo del crudo. “A todas luces el precio está totalmente distorsionado de su estructura económica y tiene que ver con la especulación”, sostuvo.
De acuerdo a Borja, esta estructura financiera constituye una muralla para evitar crisis porque se basa en tres pilares: sistemas de compensación de pagos (como el SUCRE), el Banco del Sur y la reciente iniciativa de crear un Fondo de Reservas en alternativa al Fondo Monetario Internacional.
Avances
Pedro Páez, presidente de la Comisión para el diseño de Nueva Arquitectura Financiera, indicó que se necesita que dos países miembros ratifiquen la constitución de la entidad dentro de sus parlamentos. Deben firmar el acta constitutiva un país grande y un pequeño.
La cuestión de cuánto tienen que aportar cada nación ya se decidió hace cerca de dos años. Páez recordó que hay cinco categorías: para los países grandes como Argentina y Venezuela el aporte es de 2 mil millones de dólares: para intermedios categoría 1, como Chile, 950 millones de dólares; los intermedios 2, como Ecuador y Uruguay, 400 millones de dólares y para los pequeños como Bolivia, 100 millones. Pero también hay una categoría para países más pequeños como Guayana, que aportarían 45 millones.
Con estos giros se conformaría el capital suscrito del Banco del Sur durante 10 años, para así apalancar los recursos y formar el capital autorizado que son 20 mil millones de dólares.
‘Ojalá’
Según Borja, “ojalá en este año” ya esté constituido el banco. De acuerdo a Páez, el tema está en agenda de todos los países, pero no pueden intervenir.
Respecto de los sistemas de compensación de pago, como el SUCRE (moneda virtual para realizar transacciones comerciales) que por el momento está en operación entre los países del ALBA, Borja anotó que ya es una realidad y que ha demostrado beneficios. “Permite a los países utilizar sus propias monedas y no recurrir a una divisa internacional para hacer intercambios, eso contribuye al desarrollo comercial”, anotó.
El Fondo de Reserva “permitiría un uso común que son importantes en América Latina para el desarrollo doméstico de las economías”, agregó Borja.
Diego Borja, presidente del Banco Central del Ecuador (BCE), explicó que esta tercera reunión servirá para “continuar la discusión sobre la nueva arquitectura financiera regional”, sobre todo porque “la crisis (financiera mundial) no ha culminado y probablemente se profundice, por lo que es crucial dotarse de un sistema que permita defender las economías” de América del Sur.
Según él, una de las señales que alertan un coletazo de la crisis son el precio especulativo del crudo. “A todas luces el precio está totalmente distorsionado de su estructura económica y tiene que ver con la especulación”, sostuvo.
De acuerdo a Borja, esta estructura financiera constituye una muralla para evitar crisis porque se basa en tres pilares: sistemas de compensación de pagos (como el SUCRE), el Banco del Sur y la reciente iniciativa de crear un Fondo de Reservas en alternativa al Fondo Monetario Internacional.
Avances
Pedro Páez, presidente de la Comisión para el diseño de Nueva Arquitectura Financiera, indicó que se necesita que dos países miembros ratifiquen la constitución de la entidad dentro de sus parlamentos. Deben firmar el acta constitutiva un país grande y un pequeño.
La cuestión de cuánto tienen que aportar cada nación ya se decidió hace cerca de dos años. Páez recordó que hay cinco categorías: para los países grandes como Argentina y Venezuela el aporte es de 2 mil millones de dólares: para intermedios categoría 1, como Chile, 950 millones de dólares; los intermedios 2, como Ecuador y Uruguay, 400 millones de dólares y para los pequeños como Bolivia, 100 millones. Pero también hay una categoría para países más pequeños como Guayana, que aportarían 45 millones.
Con estos giros se conformaría el capital suscrito del Banco del Sur durante 10 años, para así apalancar los recursos y formar el capital autorizado que son 20 mil millones de dólares.
‘Ojalá’
Según Borja, “ojalá en este año” ya esté constituido el banco. De acuerdo a Páez, el tema está en agenda de todos los países, pero no pueden intervenir.
Respecto de los sistemas de compensación de pago, como el SUCRE (moneda virtual para realizar transacciones comerciales) que por el momento está en operación entre los países del ALBA, Borja anotó que ya es una realidad y que ha demostrado beneficios. “Permite a los países utilizar sus propias monedas y no recurrir a una divisa internacional para hacer intercambios, eso contribuye al desarrollo comercial”, anotó.
El Fondo de Reserva “permitiría un uso común que son importantes en América Latina para el desarrollo doméstico de las economías”, agregó Borja.