La especulación en los precios de varios productos alimenticios como legumbres y lácteos, el anuncio de subir las tarifas eléctricas y el gravar con “impuestos verdes” a la producción de plásticos, encarecen los almuerzos en algunos restaurantes populares de Guayaquil. En otros, los precios se mantienen, pero las raciones disminuyen.
A la par de la situación, el Ministerio del Interior dicta directrices a los intendentes y autoridades policiales del país para tratar de controlar los precios.
Doris Carrillo, administradora de un local en el patio de comidas de las calles Pedro Carbo y Clemente Ballén, frente a Correos del Ecuador, señala que el almuerzo subió de $ 1,75 a $ 2, desde el pasado lunes.
El alza, explica Carrillo, “se debe a que la legumbre sube todos los días y que el precio del almuerzo lo manteníamos congelado desde hace dos años”.
El incremento en la luz a partir de julio próximo -la planilla se paga en agosto- sí la inquieta, pues “nadie sabe cuánto va a subir”, dice la administradora, mientras atiende pedidos.
El mes que pasó, asegura, pagó $ 35 por la energía que consumen una refrigeradora, una licuadora, un ventilador y un televisor que hay en el local.
En ese mismo sector, los demás restaurantes exhiben el valor de $ 2 junto al menú del día. Los comensales, ejecutivos y comerciantes se quejan de que el incremento en los almuerzos es un gasto extra y no quieren ni pensar en el pago de la luz.
Ese factor no ha sido considerado en el alza del almuerzo, dice una empleada en otro restaurante, ubicado a un lado de la iglesia San Francisco, donde también cuesta $ 2.
Frente a la Universidad de Guayaquil, Patricia Gómez comenta que en su restaurante D’Charlize, “no se puede subir el almuerzo por la competencia que hay en el sector”.
Mientras maneja la caja del local, relata que “todo ha subido: el arroz, el aceite, la yuca y hasta las colas”. Allí el almuerzo sigue a $ 1,85, dice, pero las porciones son más pequeñas.
Al igual que otros dueños de restaurantes consultados, Gómez aún no cuenta entre sus egresos el nuevo costo de la luz a partir de julio.
En su local hay un dispensador de jugo, una licuadora, un microondas, un congelador y dos refrigeradoras. Su pago promedio es de $ 60.
Para evitar que el incremento en la luz se vuelva “una excusa para especular”, el ministro del Interior, José Serrano; en compañía del gobernador del Guayas, Roberto Cuero; y del intendente Julio César Quiñónez, anunció que todas las intendencias del país “harán operativos de control de precios”.
A la par de la situación, el Ministerio del Interior dicta directrices a los intendentes y autoridades policiales del país para tratar de controlar los precios.
Doris Carrillo, administradora de un local en el patio de comidas de las calles Pedro Carbo y Clemente Ballén, frente a Correos del Ecuador, señala que el almuerzo subió de $ 1,75 a $ 2, desde el pasado lunes.
El alza, explica Carrillo, “se debe a que la legumbre sube todos los días y que el precio del almuerzo lo manteníamos congelado desde hace dos años”.
El incremento en la luz a partir de julio próximo -la planilla se paga en agosto- sí la inquieta, pues “nadie sabe cuánto va a subir”, dice la administradora, mientras atiende pedidos.
El mes que pasó, asegura, pagó $ 35 por la energía que consumen una refrigeradora, una licuadora, un ventilador y un televisor que hay en el local.
En ese mismo sector, los demás restaurantes exhiben el valor de $ 2 junto al menú del día. Los comensales, ejecutivos y comerciantes se quejan de que el incremento en los almuerzos es un gasto extra y no quieren ni pensar en el pago de la luz.
Ese factor no ha sido considerado en el alza del almuerzo, dice una empleada en otro restaurante, ubicado a un lado de la iglesia San Francisco, donde también cuesta $ 2.
Frente a la Universidad de Guayaquil, Patricia Gómez comenta que en su restaurante D’Charlize, “no se puede subir el almuerzo por la competencia que hay en el sector”.
Mientras maneja la caja del local, relata que “todo ha subido: el arroz, el aceite, la yuca y hasta las colas”. Allí el almuerzo sigue a $ 1,85, dice, pero las porciones son más pequeñas.
Al igual que otros dueños de restaurantes consultados, Gómez aún no cuenta entre sus egresos el nuevo costo de la luz a partir de julio.
En su local hay un dispensador de jugo, una licuadora, un microondas, un congelador y dos refrigeradoras. Su pago promedio es de $ 60.
Para evitar que el incremento en la luz se vuelva “una excusa para especular”, el ministro del Interior, José Serrano; en compañía del gobernador del Guayas, Roberto Cuero; y del intendente Julio César Quiñónez, anunció que todas las intendencias del país “harán operativos de control de precios”.