AMBATO, Tungurahua. La arveja es el producto más escaso en el Mercado Mayorista. Duplicó su costo hace unas semanas.
Hace dos meses, la mula (que contiene dos quintales) de arveja se compraba en $ 50 y $ 60, pero ahora se la consigue hasta en $ 120. Blanca Rojano, comerciante del Mercado Mayorista, atribuye el aumento de precio a la escasez del producto, debido a la poca cosecha en los campos, lo que preocupa a los negociantes que advierten que la actividad es menos rentable.
Es que la poca producción que hay, según María Sánchez, es porque las matas se quemaron con la ceniza que arrojó el volcán Tungurahua desde que se reactivó en abril pasado. Agrega que por esa razón ahora no logra comprar ni siquiera la quinta parte de lo que se proveía anteriormente.
Las comerciantes temen que si la situación continúa de esta manera, en poco tiempo no van a tener qué vender. Incluso, señalan que no está más cara la arveja por la producción que llega desde Colombia, que se expende en $ 80 la mula.
En cuanto a la venta del ajo, Melva Bonilla admite que el producto colombiano que se introduce en grandes cantidades hace que el condimento que se cosecha en el país no se eleve de precio. Señala que el saco de ajo macho se comercializa en unos $ 100, pero también se queja de la poca demanda que existe.
En tanto, en los mercados del centro de la ciudad que venden al por menor, las amas de casa como Rocío Armendáriz dicen que cada vez los precios de los productos alimenticios se consiguen más caros, que no hay autoridades que hagan un efectivo control para salvaguardar la economía de las familias. “Eso es lo que tenemos que pagar los consumidores”, agrega.
Hace dos meses, la mula (que contiene dos quintales) de arveja se compraba en $ 50 y $ 60, pero ahora se la consigue hasta en $ 120. Blanca Rojano, comerciante del Mercado Mayorista, atribuye el aumento de precio a la escasez del producto, debido a la poca cosecha en los campos, lo que preocupa a los negociantes que advierten que la actividad es menos rentable.
Es que la poca producción que hay, según María Sánchez, es porque las matas se quemaron con la ceniza que arrojó el volcán Tungurahua desde que se reactivó en abril pasado. Agrega que por esa razón ahora no logra comprar ni siquiera la quinta parte de lo que se proveía anteriormente.
Las comerciantes temen que si la situación continúa de esta manera, en poco tiempo no van a tener qué vender. Incluso, señalan que no está más cara la arveja por la producción que llega desde Colombia, que se expende en $ 80 la mula.
En cuanto a la venta del ajo, Melva Bonilla admite que el producto colombiano que se introduce en grandes cantidades hace que el condimento que se cosecha en el país no se eleve de precio. Señala que el saco de ajo macho se comercializa en unos $ 100, pero también se queja de la poca demanda que existe.
En tanto, en los mercados del centro de la ciudad que venden al por menor, las amas de casa como Rocío Armendáriz dicen que cada vez los precios de los productos alimenticios se consiguen más caros, que no hay autoridades que hagan un efectivo control para salvaguardar la economía de las familias. “Eso es lo que tenemos que pagar los consumidores”, agrega.