Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para erradicar la fiebre aftosa en América del Sur antes del 2020 es fundamental generar políticas específicas y estrategias innovadoras que garanticen la participación y el apoyo a los pequeños productores.
La FAO indica que el 80% de los predios que están en manos de pequeños y medianos productores en la región andina se localizan en zonas que aún no están certificadas internacionalmente como libres de la fiebre aftosa. Estos pequeños productores poseen cerca del 70% de la población pecuaria susceptible al virus.
Por ello, el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) anunció su apoyo a Ecuador para trabajar conjuntamente con la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad) y los ganaderos en asesoría en todo el proceso para erradicar la enfermedad hasta llegar a la certificación, explicó Javier Vargas, encargado del programa de aftosa en Agrocalidad.
Para el directivo, es necesario el apoyo de todos los ganaderos en este proceso, para el fortalecimiento de la Comisión Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa (Conefa), involucrando al sector público y a los ganaderos.
Indicó, además, que se están buscando vías conjuntas para que los comités locales se conviertan en comités de sanidad animal para trabajar en todos los problemas sanitarios.
Y aunque no dio fecha, Vargas anunció que se iniciará un catastro de las zonas ganaderas. “Ya tenemos el presupuesto para esta fase de vacunación y en lo que va de la campaña se han asignado 8 millones de dólares”, explicó.
Julio Pompei, de Brasil, consultor de Panaftosa, dijo que Ecuador tiene un gran campo ganado en la lucha contra la enfermedad, pero recomendó agilizar el proceso para realizar el catastro nacional, con el fin de que se pueda saber con qué cuenta el país en materia ganadera. Insistió en un involucramiento agresivo del sector privado en el proceso, una mayor capacitación y que en todas las zonas del país se hable el mismo lenguaje para unificar criterios en la vacunación.
Controlar la fiebre aftosa en Bolivia, Venezuela y Ecuador, países en los que persiste la enfermedad, se ha convertido en un reto para organismos internacionales que ven al continente sudamericano como una despensa importante para el abastecimiento de carne roja a nivel mundial.
La FAO indica que el 80% de los predios que están en manos de pequeños y medianos productores en la región andina se localizan en zonas que aún no están certificadas internacionalmente como libres de la fiebre aftosa. Estos pequeños productores poseen cerca del 70% de la población pecuaria susceptible al virus.
Por ello, el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) anunció su apoyo a Ecuador para trabajar conjuntamente con la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad) y los ganaderos en asesoría en todo el proceso para erradicar la enfermedad hasta llegar a la certificación, explicó Javier Vargas, encargado del programa de aftosa en Agrocalidad.
Para el directivo, es necesario el apoyo de todos los ganaderos en este proceso, para el fortalecimiento de la Comisión Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa (Conefa), involucrando al sector público y a los ganaderos.
Indicó, además, que se están buscando vías conjuntas para que los comités locales se conviertan en comités de sanidad animal para trabajar en todos los problemas sanitarios.
Y aunque no dio fecha, Vargas anunció que se iniciará un catastro de las zonas ganaderas. “Ya tenemos el presupuesto para esta fase de vacunación y en lo que va de la campaña se han asignado 8 millones de dólares”, explicó.
Julio Pompei, de Brasil, consultor de Panaftosa, dijo que Ecuador tiene un gran campo ganado en la lucha contra la enfermedad, pero recomendó agilizar el proceso para realizar el catastro nacional, con el fin de que se pueda saber con qué cuenta el país en materia ganadera. Insistió en un involucramiento agresivo del sector privado en el proceso, una mayor capacitación y que en todas las zonas del país se hable el mismo lenguaje para unificar criterios en la vacunación.
Controlar la fiebre aftosa en Bolivia, Venezuela y Ecuador, países en los que persiste la enfermedad, se ha convertido en un reto para organismos internacionales que ven al continente sudamericano como una despensa importante para el abastecimiento de carne roja a nivel mundial.