jueves, 17 de noviembre de 2011

Ecuador posesionó a segundo embajador indígena

 El Ministerio de Exteriores del Ecuador posesionó en una ceremonia especial al líder indígena Segundo Andrango como embajador en El Salvador.
Se trata de la segunda designación de un dirigente aborigen luego de que, el 9 de agosto, Ricardo Ulcuango fuera posesionado como representante diplomático en Bolivia.
“Esta es la segunda vez que realizamos un acto de esta naturaleza, en lugar de reunirnos en un frío salón de Cancillería para oficializar la designación de un embajador, lo hacemos junto  al pueblo”, expresó el canciller Ricardo Patiño.
El acto, que se realizó en la localidad indígena de Cotacachi (sierra norte del país), contó con la presencia de autoridades nacionales, seccionales, dirigentes y miembros de organizaciones y comunidades campesinas. Además de embajadores y representantes de Bolivia, Cuba, Nicaragua, Guatemala, México y Venezuela.
Con el ritual especial “kallari” se inició la ceremonia mediante la cual se transmite la sabiduría, fortaleza y fuerza para realizar un buen desempeño del  trabajo que asumirá el nuevo representante diplomático.
Patiño, expresó que los embajadores representan en el exterior al pueblo y no a una élite o grupos particulares, así como el carácter plurinacional e intercultural del Ecuador.
Aseguró que la política de nombramiento de embajadores está dirigida a lograr una verdadera representación de los pueblos y nacionalidades. “No es una política racista, sino que pretende acabar con la exclusión histórica de las mayorías en la gestión de la política exterior ecuatoriana”.
Resaltó la trayectoria de Andrango, quien tiene un diplomado superior en Gerencia de Gobiernos Seccionales, es ingeniero textil, con vasta experiencia en el sector público y privado; con conocimientos en los procesos de gerencia de planificación y ejecución de proyectos de desarrollo de alcance nacional y local.
Andrango se comprometió a poner toda su capacidad para representar al pueblo ecuatoriano. Recordó que esto hace 30 años no hubiese sido posible debido a la discriminación, injusticia y desigualdad que existía hacia el pueblo indígena.