El pasado martes, un día después del accidente en vuelo de uno de los aviones de combate Cheetah, la Contraloría General del Estado inició un examen especial en el Ministerio de Defensa y en la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), para revisar el contrato de compra de esta y otras once aeronaves supersónicas a Sudáfrica.
La FAE adquirió el año pasado, mediante contratación directa, dichos aviones desactivados por la Fuerza Aérea sudafricana en el 2008, por $ 78,5 millones, para reemplazar a los obsoletos Mirage F1.
El pasado 31 de mayo llegaron al país, vía marítima y en piezas, las tres primeras aeronaves, una de las cuales registró un accidente en vuelo de comprobación, en donde resultó herido el piloto Galo Álvarez.
“El examen corresponde al periodo comprendido entre el 1 de enero del 2009 y el 18 de agosto del 2011”, informó la Contraloría.
Durante estos años, la FAE concretó varios contratos para la recuperación de su capacidad operativa.
El Gobierno destinó para este objetivo más de $ 500 millones para comprar 7 helicópteros Dhruv a la India, uno de los cuales se accidentó en Quito en el 2009; 18 aviones Súper Tucano a Brasil; 4 radares de largo alcance a China y los 12 aviones Cheetah a Sudáfrica.
La FAE declaró anticipadamente de “secreto” el contrato de compra de las aeronaves sudafricanas que se concretó a través de la empresa Denel Aviation. “La documentación en referencia fue calificada como secreto, de conformidad a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y en concordancia con el Reglamento para la elaboración, manejo, custodia, difusión y seguridad de la información militar clasificada R-T-3-IV F, artículos 4 y 15 (vigente de las Fuerzas Armadas)”, refiere en un oficio el comandante de la FAE, Leonardo Barreiro, al pedido de información del contrato realizado por el asambleísta Galo Lara (SP).
“La difusión o reproducción de este material puede tener implicaciones en la seguridad y defensa nacional”, añade Barreiro en el documento y justifica así la reserva de la información de dicho contrato.
Sobre la adquisición de los aviones sudafricanos, este Diario informó de las primeras negociaciones el 24 de septiembre del 2009, cuando el ministro Ponce reveló el interés de la FAE por adquirirlos.
Paralelamente en el primer semestre de ese año la FAE descartó ofertas de España y Chile de aviones supersónicos similares para reemplazar a la flota de los Mirage F1.
A mediados de agosto del 2010, el Ministerio de Finanzas entregó a la FAE la certificación de fondos y a fines del mismo mes se concretó la compra de las doce aeronaves Cheetah, por $ 78,5 millones.
El 10 de febrero del 2011 la FAE desactivó la flota de aviones Mirage F1, que fue enviada al museo aeronáutico, una vez que se confirmó que los primeros aviones sudafricanos llegarían al país en mayo de este año.
El 31 de mayo llegaron los tres primeros aviones Cheetah a Guayaquil y el pasado lunes se registró el primer accidente del cual la FAE se ha negado a dar información.
La FAE adquirió el año pasado, mediante contratación directa, dichos aviones desactivados por la Fuerza Aérea sudafricana en el 2008, por $ 78,5 millones, para reemplazar a los obsoletos Mirage F1.
El pasado 31 de mayo llegaron al país, vía marítima y en piezas, las tres primeras aeronaves, una de las cuales registró un accidente en vuelo de comprobación, en donde resultó herido el piloto Galo Álvarez.
“El examen corresponde al periodo comprendido entre el 1 de enero del 2009 y el 18 de agosto del 2011”, informó la Contraloría.
Durante estos años, la FAE concretó varios contratos para la recuperación de su capacidad operativa.
El Gobierno destinó para este objetivo más de $ 500 millones para comprar 7 helicópteros Dhruv a la India, uno de los cuales se accidentó en Quito en el 2009; 18 aviones Súper Tucano a Brasil; 4 radares de largo alcance a China y los 12 aviones Cheetah a Sudáfrica.
La FAE declaró anticipadamente de “secreto” el contrato de compra de las aeronaves sudafricanas que se concretó a través de la empresa Denel Aviation. “La documentación en referencia fue calificada como secreto, de conformidad a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y en concordancia con el Reglamento para la elaboración, manejo, custodia, difusión y seguridad de la información militar clasificada R-T-3-IV F, artículos 4 y 15 (vigente de las Fuerzas Armadas)”, refiere en un oficio el comandante de la FAE, Leonardo Barreiro, al pedido de información del contrato realizado por el asambleísta Galo Lara (SP).
“La difusión o reproducción de este material puede tener implicaciones en la seguridad y defensa nacional”, añade Barreiro en el documento y justifica así la reserva de la información de dicho contrato.
Sobre la adquisición de los aviones sudafricanos, este Diario informó de las primeras negociaciones el 24 de septiembre del 2009, cuando el ministro Ponce reveló el interés de la FAE por adquirirlos.
Paralelamente en el primer semestre de ese año la FAE descartó ofertas de España y Chile de aviones supersónicos similares para reemplazar a la flota de los Mirage F1.
A mediados de agosto del 2010, el Ministerio de Finanzas entregó a la FAE la certificación de fondos y a fines del mismo mes se concretó la compra de las doce aeronaves Cheetah, por $ 78,5 millones.
El 10 de febrero del 2011 la FAE desactivó la flota de aviones Mirage F1, que fue enviada al museo aeronáutico, una vez que se confirmó que los primeros aviones sudafricanos llegarían al país en mayo de este año.
El 31 de mayo llegaron los tres primeros aviones Cheetah a Guayaquil y el pasado lunes se registró el primer accidente del cual la FAE se ha negado a dar información.