Quince años atrás, casi todos los programas de televisión que entusiasmaban a los críticos y ganaban premios aparecían en canales de difusión gratuita. La televisión pagada (o como muchos americanos la llaman "cable") era el dominio de repeticiones, vídeos musicales y tele-evangelistas. Entonces HBO, una empresa por suscripción conocida mayormente por películas y transmisiones de boxeo, decidieron probar suerte con dramas de una hora.
Lo que se inició como un experimento interesante se ha convertido en la manera estándar de respaldar programación de buena calidad. La mayoría de los grandes dramas para la televisión que se ven en América y en el mundo aparecen primero en canales de televisión pagada. Otros canales de TV pagada han explorado publicidad en los 60 ("Mad Men"), comercio de drogas ("Breaking Bad") y la corte renacentista ("Los Borgia").
Empresas de televisión pagada fuera de los EE.UU., como BSkyB de Gran Bretaña, están empezando a invertir grandes cantidades de dinero en series originales. El talento se está encaminando hacia la televisión pagada, en parte porque hay menos roles atractivos para el cine. Mientras tanto, las cadenas se han retraído a una zona segura de comedias de situación, procedimientos policiales y competencias de canto.
La suscripción pagada ha probado de lejos ser la mejor forma de pagar por televisión de alta calidad. Aunque la publicidad sube y baja de acuerdo con los ciclos económicos.
Un emisor de televisión mantenido por un impuesto gravado a todos debe tratar de agradar tanto a auspiciantes como a usuarios. Y un Gobierno también puede originar aprietos económicos a las cadenas de televisión, como BBC lo está aprendiendo.
Pero la televisión pagada está ahora amenazada, especialmente en EE.UU. Los precios se han elevado tanto en una época de malestar económico que muchas personas sencillamente no pueden pagarlos. Empresas rompedoras y con gran capacidad financiera como Amazon y Netflix prometen películas y programas de televisión por Internet a muy poco o ningún costo. Es por esto que la proporción de americanos que pagan por canales de TV está bajando y cada mes parece más posible que el sistema pagado colapse.
Lo que se inició como un experimento interesante se ha convertido en la manera estándar de respaldar programación de buena calidad. La mayoría de los grandes dramas para la televisión que se ven en América y en el mundo aparecen primero en canales de televisión pagada. Otros canales de TV pagada han explorado publicidad en los 60 ("Mad Men"), comercio de drogas ("Breaking Bad") y la corte renacentista ("Los Borgia").
Empresas de televisión pagada fuera de los EE.UU., como BSkyB de Gran Bretaña, están empezando a invertir grandes cantidades de dinero en series originales. El talento se está encaminando hacia la televisión pagada, en parte porque hay menos roles atractivos para el cine. Mientras tanto, las cadenas se han retraído a una zona segura de comedias de situación, procedimientos policiales y competencias de canto.
La suscripción pagada ha probado de lejos ser la mejor forma de pagar por televisión de alta calidad. Aunque la publicidad sube y baja de acuerdo con los ciclos económicos.
Un emisor de televisión mantenido por un impuesto gravado a todos debe tratar de agradar tanto a auspiciantes como a usuarios. Y un Gobierno también puede originar aprietos económicos a las cadenas de televisión, como BBC lo está aprendiendo.
Pero la televisión pagada está ahora amenazada, especialmente en EE.UU. Los precios se han elevado tanto en una época de malestar económico que muchas personas sencillamente no pueden pagarlos. Empresas rompedoras y con gran capacidad financiera como Amazon y Netflix prometen películas y programas de televisión por Internet a muy poco o ningún costo. Es por esto que la proporción de americanos que pagan por canales de TV está bajando y cada mes parece más posible que el sistema pagado colapse.