Con la vigencia de las nuevas tarifas eléctricas, 7.447 abonados residenciales redujeron sus consumos a menos de 500 kilovatios/hora (kw/h) mensuales.
Los 78.444 clientes residenciales cuyos consumos de electricidad eran superiores a los 500 kw/h al mes se redujeron a 70.997. Esta disminución ocurre luego de la implementación del esquema tarifario que retira el subsidio gradualmente a los grandes consumidores.
“El nuevo esquema es un éxito, los resultados esperados se cumplen”, aseguró el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, quien además afirma que los clientes “recibieron el mensaje de ahorro de energía”.
El funcionario explicó que los 78.444 clientes representaban el 2,43% del universo de usuarios. En las mediciones del 31 de julio bajaron a 72 mil abonados, es decir pasaron a representar el 2.03%. En el corte del 17 de agosto, se evidencia que este grupo se ha reducido aún más y ahora son 70.997 o el 2% del total.
Esta baja incide también en una reducción de la generación eléctrica la cual fue de 8,2 millones de kw/h al mes. Esto representa un ahorro para el Estado de 500.000 dólares mensuales en generación eléctrica, en especial en las horas pico cuando entra la termoelectricidad, afirmó Albornoz.
“Los clientes sobre los 500 kw/h mensuales antes de la medida, tenían consumos de 69’839.428 kw/h. Esa cifra se redujo a 61’583.147 kw/h. Lo que registra un ahorro de 8’247.281 KW/h mes”, indicó.
Marcelo Neira, asesor del ministro Albornoz, acotó que el objetivo del nuevo esquema tarifario no fue obtener más dinero por la facturación, sino “entregar una señal de eficiencia energética a la ciudadanía; que las personas utilicen racionalmente la energía y no la desperdicien”.
Según Albornoz, paralelamente a los usuarios que dejaron de consumir sobre los 500 kw/h mensuales, hay clientes que siguen consumiendo sobre los 500 kw/h mes, pero disminuyeron el uso de la luz. Por ejemplo, bajaron de 900 a 700 kw/h.
Carlos Zavala, analista del sector eléctrico, dijo que era importante reducir una parte del consumo residencial que era malgastado por una mala “aplicación” de los usuarios que consumían sin restricciones. “Si quiero gastarme 7.000 kw/h al mes, me los gasto, pero era el momento de que alguien pusiera un freno a lo que se estaba dando en el sector residencial”, afirmó.
La gente también redujo el uso de la luz “por el susto de pagar tanto por exceso de consumo. Conozco casos de gente que consumía un promedio de 4.000 kw/h mes y en la última factura llegan a 1.000”. La costumbre, dice, era mantener toda la casa, todo el día, en 20 grados de temperatura.
Esa reducción se logra, según Zavala, con un cambio de rutina en cuanto al uso del aire acondicionado en ciudades como Guayaquil, donde se lo puede utilizar solo en las habitaciones con mucho calor y no mantener todos los aparatos encendidos al mismo tiempo. Y también apagando las luces donde no se necesite iluminación.
Fernando Salinas, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, indicó que si bien el pliego tarifario logró reducir el consumo eléctrico, se necesita completar las medidas de eficiencia con los planes de sustitución de electrodomésticos más eficientes en vez de los antiguos. Además dijo que se necesitan normas que permitan la importación de línea blanca que requiera de la menor cantidad de energía posible.
“También se debería fijar señales de cantidad como el determinar cuotas de energía por empresas eléctricas, para que éstas, a su vez, establezcan cuotas de consumo a los clientes”, manifestó Salinas.
El ministro Albornoz explicó que si la medida no se implementaba, estaba latente el riesgo de un aumento en la demanda de energía de 500.000 dólares mensuales.
Los 78.444 clientes residenciales cuyos consumos de electricidad eran superiores a los 500 kw/h al mes se redujeron a 70.997. Esta disminución ocurre luego de la implementación del esquema tarifario que retira el subsidio gradualmente a los grandes consumidores.
“El nuevo esquema es un éxito, los resultados esperados se cumplen”, aseguró el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, quien además afirma que los clientes “recibieron el mensaje de ahorro de energía”.
El funcionario explicó que los 78.444 clientes representaban el 2,43% del universo de usuarios. En las mediciones del 31 de julio bajaron a 72 mil abonados, es decir pasaron a representar el 2.03%. En el corte del 17 de agosto, se evidencia que este grupo se ha reducido aún más y ahora son 70.997 o el 2% del total.
Esta baja incide también en una reducción de la generación eléctrica la cual fue de 8,2 millones de kw/h al mes. Esto representa un ahorro para el Estado de 500.000 dólares mensuales en generación eléctrica, en especial en las horas pico cuando entra la termoelectricidad, afirmó Albornoz.
“Los clientes sobre los 500 kw/h mensuales antes de la medida, tenían consumos de 69’839.428 kw/h. Esa cifra se redujo a 61’583.147 kw/h. Lo que registra un ahorro de 8’247.281 KW/h mes”, indicó.
Marcelo Neira, asesor del ministro Albornoz, acotó que el objetivo del nuevo esquema tarifario no fue obtener más dinero por la facturación, sino “entregar una señal de eficiencia energética a la ciudadanía; que las personas utilicen racionalmente la energía y no la desperdicien”.
Según Albornoz, paralelamente a los usuarios que dejaron de consumir sobre los 500 kw/h mensuales, hay clientes que siguen consumiendo sobre los 500 kw/h mes, pero disminuyeron el uso de la luz. Por ejemplo, bajaron de 900 a 700 kw/h.
Carlos Zavala, analista del sector eléctrico, dijo que era importante reducir una parte del consumo residencial que era malgastado por una mala “aplicación” de los usuarios que consumían sin restricciones. “Si quiero gastarme 7.000 kw/h al mes, me los gasto, pero era el momento de que alguien pusiera un freno a lo que se estaba dando en el sector residencial”, afirmó.
La gente también redujo el uso de la luz “por el susto de pagar tanto por exceso de consumo. Conozco casos de gente que consumía un promedio de 4.000 kw/h mes y en la última factura llegan a 1.000”. La costumbre, dice, era mantener toda la casa, todo el día, en 20 grados de temperatura.
Esa reducción se logra, según Zavala, con un cambio de rutina en cuanto al uso del aire acondicionado en ciudades como Guayaquil, donde se lo puede utilizar solo en las habitaciones con mucho calor y no mantener todos los aparatos encendidos al mismo tiempo. Y también apagando las luces donde no se necesite iluminación.
Fernando Salinas, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, indicó que si bien el pliego tarifario logró reducir el consumo eléctrico, se necesita completar las medidas de eficiencia con los planes de sustitución de electrodomésticos más eficientes en vez de los antiguos. Además dijo que se necesitan normas que permitan la importación de línea blanca que requiera de la menor cantidad de energía posible.
“También se debería fijar señales de cantidad como el determinar cuotas de energía por empresas eléctricas, para que éstas, a su vez, establezcan cuotas de consumo a los clientes”, manifestó Salinas.
El ministro Albornoz explicó que si la medida no se implementaba, estaba latente el riesgo de un aumento en la demanda de energía de 500.000 dólares mensuales.