Trípoli amaneció ayer con sentimientos contrarios, entre el júbilo y el miedo, mientras los rebeldes jugaban al gato y al ratón con los soldados leales a Muamar Gadafi, que siguen resistiendo, situando francotiradores en posiciones ocultas y disparando desde vehículos.
Todavía hay puntos de control de la rebelión en las calles agujereadas de Trípoli, señal de que los insurgentes aún no tienen todo el control.
Al día siguiente de una importante incursión en Trípoli, los opositores esperaban la llegada de miles de guerrilleros de la revolución procedentes de regiones ya liberadas del país.
“Los rebeldes de las montañas y de Zauiya están ahora en la plaza de los Mártires –el nuevo nombre dado por la rebelión a la plaza Verde, donde solían reunirse los partidarios de Gadafi– y en calles colindantes”, dijo un vecino, Saad Zaidi.
El misterio permanecía aún sobre la suerte que ha podido correr Gadafi, cuyo régimen se desmorona tras más de 40 años de dictadura.
Los insurgentes, que luchan para conseguir el final del régimen gadafista desde hace siete meses, iniciaron el asalto definitivo a la capital el sábado por la tarde y ahora controlan casi el 95% de la ciudad.
Sin embargo, los revolucionarios no han conseguido localizar el escondite de Gadafi e ignoran incluso si el coronel se encuentra aún en Libia.
Ayer continuaban los combates entre rebeldes y fuerzas leales a Gadafi en el entorno de su residencia de Bab El Aziziya.
Con una superficie de seis kilómetros cuadrados, Bab El Aziziya constituye una verdadera fortaleza dotada de grandes medios de defensa y que ha sido objeto en numerosas ocasiones de los ataques de los aviones de la OTAN.
“No creemos que se esconda en su palacio de Bab El Aziziya”, dijo uno de los jefes rebeldes.
En estos momentos diversos escenarios se plantean a propósito del antiguo líder libio, entre los que destaca su probable huida a Argelia, algo que no ha podido ser confirmado.
Las cadenas de televisión árabes informaron asimismo de que dos aviones sudafricanos se encontraban sobre las pistas del aeropuerto de la capital dispuestos a despegar, pero el gobierno de Pretoria ha desmentido cualquier intento de ayuda en la huida del coronel.
Otras fuentes señalaron que Gadafi se encuentra en un búnker no lejos del barrio popular de Tadjoura, bajo la protección de una brigada dirigida por su propio hijo, Khamis, mientras que la hipótesis de su huida a su ciudad natal, Syrte, o hacia el Chad de su amigo el presidente Idriss Deby han sido mencionadas, pero ninguna ha podido ser confirmada.
El presidente del Consejo Transitorio Libio (CNT, órgano político de los rebeldes), Mustapha Abdeljalil, dijo que los libios no celebrarán su verdadera victoria hasta que el coronel Gadafi sea detenido y juzgado.
El gobierno de EE.UU. indicó que cree que Gadafi no ha escapado y continúa en Libia.
El presidente estadounidense, Barack Obama, refirió que el gobierno de Gadafi ha llegado a su fin y lo exhortó a evitar más derramamiento de sangre.
Mientras, Dave Lapan, portavoz del Pentágono, dijo que no había planes de enviar fuerzas terrestres a Libia para asistir en alguna operación de paz tras una eventual caída de Gadafi.
En tanto, Rusia informó que no dará asilo a Gadafi o a sus hijos. Otros países del mundo se sumaron al pedido de la renuncia del líder libio, salvo el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien se quedó solo con su condena a la OTAN por su apoyo a los rebeldes libios e insistió en que el objetivo de Estados Unidos y sus aliados de Europa es apoderarse del petróleo del país africano.
Los embajadores de la Unión Europea tienen previsto analizar hoy en una reunión especial la situación en Libia.
Todavía hay puntos de control de la rebelión en las calles agujereadas de Trípoli, señal de que los insurgentes aún no tienen todo el control.
Al día siguiente de una importante incursión en Trípoli, los opositores esperaban la llegada de miles de guerrilleros de la revolución procedentes de regiones ya liberadas del país.
“Los rebeldes de las montañas y de Zauiya están ahora en la plaza de los Mártires –el nuevo nombre dado por la rebelión a la plaza Verde, donde solían reunirse los partidarios de Gadafi– y en calles colindantes”, dijo un vecino, Saad Zaidi.
El misterio permanecía aún sobre la suerte que ha podido correr Gadafi, cuyo régimen se desmorona tras más de 40 años de dictadura.
Los insurgentes, que luchan para conseguir el final del régimen gadafista desde hace siete meses, iniciaron el asalto definitivo a la capital el sábado por la tarde y ahora controlan casi el 95% de la ciudad.
Sin embargo, los revolucionarios no han conseguido localizar el escondite de Gadafi e ignoran incluso si el coronel se encuentra aún en Libia.
Ayer continuaban los combates entre rebeldes y fuerzas leales a Gadafi en el entorno de su residencia de Bab El Aziziya.
Con una superficie de seis kilómetros cuadrados, Bab El Aziziya constituye una verdadera fortaleza dotada de grandes medios de defensa y que ha sido objeto en numerosas ocasiones de los ataques de los aviones de la OTAN.
“No creemos que se esconda en su palacio de Bab El Aziziya”, dijo uno de los jefes rebeldes.
En estos momentos diversos escenarios se plantean a propósito del antiguo líder libio, entre los que destaca su probable huida a Argelia, algo que no ha podido ser confirmado.
Las cadenas de televisión árabes informaron asimismo de que dos aviones sudafricanos se encontraban sobre las pistas del aeropuerto de la capital dispuestos a despegar, pero el gobierno de Pretoria ha desmentido cualquier intento de ayuda en la huida del coronel.
Otras fuentes señalaron que Gadafi se encuentra en un búnker no lejos del barrio popular de Tadjoura, bajo la protección de una brigada dirigida por su propio hijo, Khamis, mientras que la hipótesis de su huida a su ciudad natal, Syrte, o hacia el Chad de su amigo el presidente Idriss Deby han sido mencionadas, pero ninguna ha podido ser confirmada.
El presidente del Consejo Transitorio Libio (CNT, órgano político de los rebeldes), Mustapha Abdeljalil, dijo que los libios no celebrarán su verdadera victoria hasta que el coronel Gadafi sea detenido y juzgado.
El gobierno de EE.UU. indicó que cree que Gadafi no ha escapado y continúa en Libia.
El presidente estadounidense, Barack Obama, refirió que el gobierno de Gadafi ha llegado a su fin y lo exhortó a evitar más derramamiento de sangre.
Mientras, Dave Lapan, portavoz del Pentágono, dijo que no había planes de enviar fuerzas terrestres a Libia para asistir en alguna operación de paz tras una eventual caída de Gadafi.
En tanto, Rusia informó que no dará asilo a Gadafi o a sus hijos. Otros países del mundo se sumaron al pedido de la renuncia del líder libio, salvo el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien se quedó solo con su condena a la OTAN por su apoyo a los rebeldes libios e insistió en que el objetivo de Estados Unidos y sus aliados de Europa es apoderarse del petróleo del país africano.
Los embajadores de la Unión Europea tienen previsto analizar hoy en una reunión especial la situación en Libia.