La falta de compradores o los bajos precios que se cancelan por cada caja de banano (hasta $ 2) ha restado liquidez al mediano y pequeño productor. Desde que se inició la crisis en el sector, los hacendados no solo están obligados a utilizar menos insumos sino, en algunos casos, a despedir a una parte de sus empleados.
La iliquidez obligó a Lourdes Cedeño, propietaria de la hacienda Santa Marianita de El Triunfo (Guayas), a disminuir su plantilla para poder aplacar las pérdidas ocasionadas al no vender un 30% de su fruta. "De forma paulatina he tenido que reducir el número de trabajadores de 15 a 8. Ya no se puede pagar a los trabajadores". La semana pasada su hacienda produjo 2.200 cajas. De ellas solo vendió 1.500 (El 80% a través de contratos ($ 5,50) y el resto a precio spot, $ 2).
La realidad de Cedeño y la de sus trabajadores no es aislada. Ocurre también en otras pequeñas y medianas haciendas de las provincias de Los Ríos y El Oro, donde el trabajo tiende a disminuir desde que empezó la emergencia para el sector bananero que exporta menos de un millón de cajas semanales por la fuerte caída de la demanda de la Unión Europea, a causa del clima y los problemas económicos que atraviesa.
El perjuicio, explica el productor Jorge Toapanta, no solo es para los trabajadores fijos sino para aquellos temporales que solían generar mayores recursos en días de embarques. "Esos son los cuadrilleros, los que pican, pesan, sellan, embalan las cajas... La gente está sin trabajo porque no hay cómo cancelarles".
Washington Orellana, dirigente de la Asociación de Trabajadores de Bananeros de El Oro, detalla que por embarques, un promedio de 15 trabajadores acudían a laborar en cada finca, pero ahora son 10. Eso significa -dice- que cinco personas se estarían quedando sin empleo "porque el productor ya no procesa y ya no vende la misma cantidad de cajas que antes", menciona.
Igual preocupación se vive en el interior de la finca Yamilé, ubicada en la provincia de Los Ríos, donde los empleados se redujeron de 70 a 60. Allí se venden 1.800 cajas cada cinco días, 1.200 menos de las que se vendían hace 16 semanas.
"Si el problema persiste tendremos que prescindir de mayor mano de obra", dijo Jorge Reyes, administrador de la hacienda.
En Ecuador existen unas 250 mil hectáreas de banano registradas. De ellas, explica el experto agrícola Víctor Hugo Quimí, "se benefician 2,5 millones de personas de forma directa o indirecta por la ocupación que esta actividad genera".
Pero el desempleo, generado por la recesión de la actividad, también se vive en los puertos. Cecilio Jalil, presidente de la Asociación de Industria Bananera del Ecuador acota que "la disminución de embarques produce que menos gente trabaje. En los puertos hay mucha gente que subsiste estibando las cajas de banano", acota.
Otros sectores que también se han visto perjudicados han sido las industrias cartoneras y plastiqueras, cuya producción cayó en un 30%, en las últimas cuatro semanas. Al mismo nivel han descendido las ventas de fungicidas y otros productos básicos para el cultivo de banano, como el abono, y de quienes viven transportando la fruta.
La iliquidez obligó a Lourdes Cedeño, propietaria de la hacienda Santa Marianita de El Triunfo (Guayas), a disminuir su plantilla para poder aplacar las pérdidas ocasionadas al no vender un 30% de su fruta. "De forma paulatina he tenido que reducir el número de trabajadores de 15 a 8. Ya no se puede pagar a los trabajadores". La semana pasada su hacienda produjo 2.200 cajas. De ellas solo vendió 1.500 (El 80% a través de contratos ($ 5,50) y el resto a precio spot, $ 2).
La realidad de Cedeño y la de sus trabajadores no es aislada. Ocurre también en otras pequeñas y medianas haciendas de las provincias de Los Ríos y El Oro, donde el trabajo tiende a disminuir desde que empezó la emergencia para el sector bananero que exporta menos de un millón de cajas semanales por la fuerte caída de la demanda de la Unión Europea, a causa del clima y los problemas económicos que atraviesa.
El perjuicio, explica el productor Jorge Toapanta, no solo es para los trabajadores fijos sino para aquellos temporales que solían generar mayores recursos en días de embarques. "Esos son los cuadrilleros, los que pican, pesan, sellan, embalan las cajas... La gente está sin trabajo porque no hay cómo cancelarles".
Washington Orellana, dirigente de la Asociación de Trabajadores de Bananeros de El Oro, detalla que por embarques, un promedio de 15 trabajadores acudían a laborar en cada finca, pero ahora son 10. Eso significa -dice- que cinco personas se estarían quedando sin empleo "porque el productor ya no procesa y ya no vende la misma cantidad de cajas que antes", menciona.
Igual preocupación se vive en el interior de la finca Yamilé, ubicada en la provincia de Los Ríos, donde los empleados se redujeron de 70 a 60. Allí se venden 1.800 cajas cada cinco días, 1.200 menos de las que se vendían hace 16 semanas.
"Si el problema persiste tendremos que prescindir de mayor mano de obra", dijo Jorge Reyes, administrador de la hacienda.
En Ecuador existen unas 250 mil hectáreas de banano registradas. De ellas, explica el experto agrícola Víctor Hugo Quimí, "se benefician 2,5 millones de personas de forma directa o indirecta por la ocupación que esta actividad genera".
Pero el desempleo, generado por la recesión de la actividad, también se vive en los puertos. Cecilio Jalil, presidente de la Asociación de Industria Bananera del Ecuador acota que "la disminución de embarques produce que menos gente trabaje. En los puertos hay mucha gente que subsiste estibando las cajas de banano", acota.
Otros sectores que también se han visto perjudicados han sido las industrias cartoneras y plastiqueras, cuya producción cayó en un 30%, en las últimas cuatro semanas. Al mismo nivel han descendido las ventas de fungicidas y otros productos básicos para el cultivo de banano, como el abono, y de quienes viven transportando la fruta.