Tras un pedido del asambleísta Carlos Velasco (PAIS), presidente de la Comisión de Salud, el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, decidió suspender ayer en la tarde la votación de la Ley que Regula y Controla el Tabaco hasta mañana, para “sistematizar las observaciones que se hicieron”.
En base al informe de la Comisión de Salud, el Pleno de este organismo realizó ayer en segundo debate el proyecto, con el cual se busca reducir su consumo en el país.
El proyecto prevé responsabilidades del Estado, educación para la prevención, prohibiciones y restricciones para la venta, consumo y patrocinio, espacios libres de humo, entre otros.
Velasco indicó que hay que dividir claramente a quienes son fumadores de los niños y adolescentes, que son potenciales nuevos consumidores, por lo que a través de restricciones y programas educativos la normativa se enfoca a precautelar a aquellas personas que aún no consumen cigarrillos para que no lo hagan en el futuro.
Leonardo Viteri (PSC) expresó que el articulado prohíbe por completo cualquier tipo de publicidad del tabaco y sus derivados, pero también expuso que la adicción no es un crimen, por lo que se sancionará a quienes infrinjan la ley, no a quienes consuman los productos (las sanciones se deberán debatir después, en el reglamento).
El documento prohíbe la venta de productos y consumo en centros públicos y privados de cuidado infantil, salud, educativos en todos sus niveles, farmacias, lugares dedicados a la práctica del deporte y a espectáculos deportivos, artísticos y culturales, en instituciones y dependencias públicas, entre otros.
Viteri explicó que habrá lugares como en la misma Asamblea Nacional, donde se deberán destinar espacios a cielo abierto para los fumadores, así como explicó que en el estadio, debido a sus dimensiones, sí se podrá consumir cigarrillos, ya que ello depende de los principios de cada persona en cuanto a su respeto por los demás.
De igual forma, tanto Velasco como Viteri coincidieron en que los lugares que ya son para fumadores no se verán afectados, como los centros de entretenimiento nocturno para adultos, ya que solamente deberán instalar avisos de acuerdo con la Ley para prevenir a quienes van a ingresar.
La comercialización
El texto prohíbe terminantemente la venta de cigarrillos y sus derivados a y por menores de 18 años, así como en máquinas dispensadoras y en paquetes menores a 10 unidades o 10 gramos de tabaco.
Mónica Heller, presidenta de la Asociación de Empresarios de La Mariscal, aseguró que las medidas que ha venido tomando el Gobierno atentan contra la zona rosa más importante del país y que desalientan el turismo y el comercio.
“No vivimos en un país islámico”, puntualizó Heller, destacando que no hay justificativos claros para las medidas, porque nunca se hace un seguimiento de los resultados, y se da paso al funcionamiento de centros y actividades ilegales.
Carlos Castellanos, presidente de la Federación de Comerciantes Minoristas de Quito, indicó que la medida va a “golpear el bolsillo de los comerciantes minoristas e informales”, ya que aquellos que venden confites y cigarrillos en las calles perderán un ingreso.
Finalmente, el dirigente agregó que se está atentando contra los derechos constituidos de los ciudadanos puesto que poco a poco se les dice qué es lo que pueden consumir, “yo decido si me compro un tabaquito o una cajetilla”, sentenció.
El documento no incluye el uso del cigarrillo en manifestaciones ancestrales.
En base al informe de la Comisión de Salud, el Pleno de este organismo realizó ayer en segundo debate el proyecto, con el cual se busca reducir su consumo en el país.
El proyecto prevé responsabilidades del Estado, educación para la prevención, prohibiciones y restricciones para la venta, consumo y patrocinio, espacios libres de humo, entre otros.
Velasco indicó que hay que dividir claramente a quienes son fumadores de los niños y adolescentes, que son potenciales nuevos consumidores, por lo que a través de restricciones y programas educativos la normativa se enfoca a precautelar a aquellas personas que aún no consumen cigarrillos para que no lo hagan en el futuro.
Leonardo Viteri (PSC) expresó que el articulado prohíbe por completo cualquier tipo de publicidad del tabaco y sus derivados, pero también expuso que la adicción no es un crimen, por lo que se sancionará a quienes infrinjan la ley, no a quienes consuman los productos (las sanciones se deberán debatir después, en el reglamento).
El documento prohíbe la venta de productos y consumo en centros públicos y privados de cuidado infantil, salud, educativos en todos sus niveles, farmacias, lugares dedicados a la práctica del deporte y a espectáculos deportivos, artísticos y culturales, en instituciones y dependencias públicas, entre otros.
Viteri explicó que habrá lugares como en la misma Asamblea Nacional, donde se deberán destinar espacios a cielo abierto para los fumadores, así como explicó que en el estadio, debido a sus dimensiones, sí se podrá consumir cigarrillos, ya que ello depende de los principios de cada persona en cuanto a su respeto por los demás.
De igual forma, tanto Velasco como Viteri coincidieron en que los lugares que ya son para fumadores no se verán afectados, como los centros de entretenimiento nocturno para adultos, ya que solamente deberán instalar avisos de acuerdo con la Ley para prevenir a quienes van a ingresar.
La comercialización
El texto prohíbe terminantemente la venta de cigarrillos y sus derivados a y por menores de 18 años, así como en máquinas dispensadoras y en paquetes menores a 10 unidades o 10 gramos de tabaco.
Mónica Heller, presidenta de la Asociación de Empresarios de La Mariscal, aseguró que las medidas que ha venido tomando el Gobierno atentan contra la zona rosa más importante del país y que desalientan el turismo y el comercio.
“No vivimos en un país islámico”, puntualizó Heller, destacando que no hay justificativos claros para las medidas, porque nunca se hace un seguimiento de los resultados, y se da paso al funcionamiento de centros y actividades ilegales.
Carlos Castellanos, presidente de la Federación de Comerciantes Minoristas de Quito, indicó que la medida va a “golpear el bolsillo de los comerciantes minoristas e informales”, ya que aquellos que venden confites y cigarrillos en las calles perderán un ingreso.
Finalmente, el dirigente agregó que se está atentando contra los derechos constituidos de los ciudadanos puesto que poco a poco se les dice qué es lo que pueden consumir, “yo decido si me compro un tabaquito o una cajetilla”, sentenció.
El documento no incluye el uso del cigarrillo en manifestaciones ancestrales.