Las medicinas de origen nacional tendrán un margen de preferencia del 38% frente a las importadas. Así lo decidió ayer el Instituto Nacional de Compras Públicas (Incop).
Esta preferencia beneficiará a los laboratorios nacionales que producen fármacos de consumo humano, en el proceso de subasta inversa corporativa para adquirir 1.500 millones de dólares en medicinas para el sector público.
Así lo informaron ayer los técnicos del Incop en la reunión que sostuvieron con los representantes de la industria farmacéutica.
Los medicamentos servirán para atender la demanda de los hospitales, centros y subcentros del Ministerio de Salud, de los institutos de seguridad social de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el IESS.
Pero la medida causó malestar en dos sectores: los productores de medicinas de origen extranjero y los distribuidores nacionales.
"Unas cien empresas distribuidoras, que dan empleo a 1.800 trabajadores, están en riesgo -dijo Gonzalo Apolo, directivo del sector-, ya que nos dejan con cero margen de preferencia, aunque seamos distribuidores ecuatorianos".
Para los laboratorios internacionales, esta medida limitará la inversión y su presencia en el país. Bristol y Abott están en proceso de desinversión. En la subasta se adquirirán 650 productos para todos los hospitales del sector público. El IESS comprará 800 productos, de los cuales 160 son para atender enfermedades catastróficas de los afiliados y jubilados.
El Incop realizará el próximo jueves una nueva reunión, en Quito, con los proveedores de fármacos, para explicar la aplicación de las fórmulas matemáticas sobre el margen preferencial.
Según los especialistas del Incop, la subasta garantiza que las medicinas que van a consumir los ecuatorianos, en los dos años próximos, serán las mejores.
Esta preferencia beneficiará a los laboratorios nacionales que producen fármacos de consumo humano, en el proceso de subasta inversa corporativa para adquirir 1.500 millones de dólares en medicinas para el sector público.
Así lo informaron ayer los técnicos del Incop en la reunión que sostuvieron con los representantes de la industria farmacéutica.
Los medicamentos servirán para atender la demanda de los hospitales, centros y subcentros del Ministerio de Salud, de los institutos de seguridad social de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el IESS.
Pero la medida causó malestar en dos sectores: los productores de medicinas de origen extranjero y los distribuidores nacionales.
"Unas cien empresas distribuidoras, que dan empleo a 1.800 trabajadores, están en riesgo -dijo Gonzalo Apolo, directivo del sector-, ya que nos dejan con cero margen de preferencia, aunque seamos distribuidores ecuatorianos".
Para los laboratorios internacionales, esta medida limitará la inversión y su presencia en el país. Bristol y Abott están en proceso de desinversión. En la subasta se adquirirán 650 productos para todos los hospitales del sector público. El IESS comprará 800 productos, de los cuales 160 son para atender enfermedades catastróficas de los afiliados y jubilados.
El Incop realizará el próximo jueves una nueva reunión, en Quito, con los proveedores de fármacos, para explicar la aplicación de las fórmulas matemáticas sobre el margen preferencial.
Según los especialistas del Incop, la subasta garantiza que las medicinas que van a consumir los ecuatorianos, en los dos años próximos, serán las mejores.