Un grupo de técnicos de la compañía Empresa Denel Aviation arribará mañana jueves desde Sudáfrica hasta Ecuador para investigar el incidente ocurrido con el avión Cheetah, la tarde del lunes pasado.
Los expertos de la sudafricana Denel Aviation indagarán conjuntamente con la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) qué ocurrió con uno de los 12 aviones de combate vendidos por esa firma al país sudamericano, en el que resultó herido un piloto, informó hoy la empresa.
El presidente de la compañía, Mike Kgobe, anunció que un equipo de expertos de la compañía llegará el jueves a Ecuador “para investigar exhaustivamente el hecho y determinar su causa”, según un comunicado fechado en Pretoria (Sudáfrica) y difundido en Quito.
Añadió que los enviados de Denel trabajarán conjuntamente con investigadores de la FAE para establecer, además, “los daños en el avión (caza supersónico Cheetah), que se encuentra en cuarentena mientras se realizan las indagaciones”.
El pasado lunes, el Mayor Galo Álvarez resultó levemente herido al despresurizarse la cabina de una de las naves biplaza durante un vuelo de prueba.
Un instructor sudafricano que estaba en la parte posterior llevó el aparato de regreso a la base de Taura, en la provincia costera de Guayas (suroeste).
La FAE informó el martes que la entrega de los aviones, que Ecuador compró el año pasado por 78,5 millones de dólares, fue suspendida mientras culmina la indagación.
El vuelo del lunes hacía parte del proceso de entrega de las tres primeras aeronaves, que llegaron al país por partes el pasado 31 de marzo.
Este procedimiento, que obliga a la compañía sudafricana a entregar los aviones volando, debía concluir el próximo 18 de agosto, tras lo cual se continuaría con el envío de los otros bombarderos.
Los 12 Cheetah fueron dados de baja por Sudáfrica en 2008 en el marco de un plan de modernización de su flota, siendo repotenciados para vendérselos a Ecuador que está reemplazando con ellos sus antiguos Mirage F1.
Ecuador decidió adquirir esos equipos tras un bombardeo colombiano contra una base clandestina de las FARC en territorio fronterizo ecuatoriano en marzo de 2008, en el cual murió el número dos de esa guerrilla, Raúl Reyes, y motivó la ruptura de relaciones diplomáticas, que ya fueron restablecidas.