Las bolsas mundiales, aunque tímidamente, ganaron terreno ayer tras el hundimiento de la pasada semana, en vísperas de la cumbre que celebran hoy, en París, el presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Ángela Merkel para tratar de acabar con la desconfianza de la deuda en la zona euro.
Wall Street amplió ayer los avances de la jornada en la recta final de la sesión y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, acabó con una subida del 1,9%, animado por las noticias de adquisiciones empresariales, entre las que destacó la compra de Motorola Mobility por parte de Google.
Según datos provisionales al cierre, ese índice, que agrupa a las 30 mayores empresas cotizadas de EE.UU., sumó 213,88 puntos para cerrar en 11.482,9 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 ganó el 2,18 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq lo hizo el 1,88 %.
A pesar del ligero repunte, los expertos advirtieron que los mercados continúan nerviosos, tras la degradación de la deuda estadounidense y la semana negra en las bolsas. Prueba de la fragilidad de la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a comprar, la pasada semana, por primera vez en cinco meses, obligaciones públicas para apoyar las economías de Italia y España, por valor de 22.000 millones de euros (31.700 millones de dólares) durante toda la semana (una cifra récord).
Al término de una jornada marcada por el bajo volumen de intercambios y el cierre de las Bolsas de Atenas y Milán por ser festivo, el índice Footsie-100 de la bolsa de Londres ganó un 0,57%, Fráncfort un 0,41%, París un 0,78% y Madrid un 0,71%.
La Bolsa de Zurich ganó un 1,37% gracias al repliegue de la divisa helvética con respecto al resto de monedas. En Asia, la bolsa de Tokio cerró en alza ayer de 1,37%, Hong Kong se fue a +3,26% y Sídney terminó con una ganancia de 2,64%.
Mientras tanto, el presidente de EE.UU., Barack Obama, inició ayer una gira en autobús por tres estados rurales del país, en un intento de detener el impulso electoral republicano y recuperar una popularidad que se encuentra en mínimos.
Obama, cuya popularidad está por debajo del 40% según las últimas encuestas, quiere centrar su mensaje de la gira por Minesota, Iowa e Illinois en la creación de empleo, el problema que más acucia a los votantes, y del que puede depender su reelección el año próximo.