El secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, aseguró ayer que en la sentencia emitida la semana pasada contra el ex editor de opinión de El Universo y tres de sus directivos, lo que menos importa es la cifra de la indemnización y, por el contrario, lo realmente destacable es el mensaje que deja el juicio sobre la defensa de la honra de la gente que ha sido injuriada.
“No podemos pensar solamente en la cifra, en el dinero, en las empresas; hay que pensar en la gente, en los principios y valores”, manifestó Alvarado en una entrevista radial.
“La honra no tiene precio, de ahí que el Presidente ha dicho ni un centavo para mí y todo va al ITT (proyecto Yasuní)”, puntualizó.
Sobre Emilio Palacio, autor del texto, dijo que “el señor injurió y eso no lo niega ni él, ni su abogado, ni gran cantidad de personas que manejan prensa nacional e internacional. Ahí hay una injuria clara y una demanda que ha sido juzgada”.
En el artículo “No a las mentiras”, publicado el pasado 6 de febrero de 2011, Palacio acusa al Primer Mandatario, entre otras cosas, de haber ordenado disparar a discreción contra un hospital lleno de civiles, durante la intentona golpista del 30 de septiembre de 2010. Le dijeron “asesino, un dictador de la peor calaña del mundo y eso es terrible”, agregó Alvarado.
Por este editorial, Correa interpuso una demanda por injurias contra Palacio y César, Carlos y Nicolás Pérez, dueños de El Universo, a quienes considera corresponsables.
Para el funcionario, hoy la opinión pública es de todos, “la del ciudadano, la del Presidente, la de los periodistas, propietarios de medios de comunicación, etc. Una cosa es la libertad de expresión bien entendida, es decir, con responsabilidad ulterior, según todos los tratados internacionales, la Constitución y las leyes; y otra cosa es la injuria, la calumnia, la deshonra; para eso están las leyes”.
Sobre la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) señaló que “no tiene legitimidad moral ni ética para mandarle carta a ningún Presidente de ningún país”, en relación a la misiva enviada a Rafael Correa para mantener una reunión. Para Alvarado, esta organización es un cartel de dueños de medios y recordó que su dirigente, Gonzalo Marroquín, es conocido en Guatemala como el “Berlusconi latinoamericano”.
Enfatizó que la gran mayoría de los ecuatorianos siente que en el país sí existe libertad de expresión. “Antes los gobiernos se sometían a lo que los medios decían. Era un estado de opinión sobre un estado de derecho”.
“No podemos pensar solamente en la cifra, en el dinero, en las empresas; hay que pensar en la gente, en los principios y valores”, manifestó Alvarado en una entrevista radial.
“La honra no tiene precio, de ahí que el Presidente ha dicho ni un centavo para mí y todo va al ITT (proyecto Yasuní)”, puntualizó.
Sobre Emilio Palacio, autor del texto, dijo que “el señor injurió y eso no lo niega ni él, ni su abogado, ni gran cantidad de personas que manejan prensa nacional e internacional. Ahí hay una injuria clara y una demanda que ha sido juzgada”.
En el artículo “No a las mentiras”, publicado el pasado 6 de febrero de 2011, Palacio acusa al Primer Mandatario, entre otras cosas, de haber ordenado disparar a discreción contra un hospital lleno de civiles, durante la intentona golpista del 30 de septiembre de 2010. Le dijeron “asesino, un dictador de la peor calaña del mundo y eso es terrible”, agregó Alvarado.
Por este editorial, Correa interpuso una demanda por injurias contra Palacio y César, Carlos y Nicolás Pérez, dueños de El Universo, a quienes considera corresponsables.
Para el funcionario, hoy la opinión pública es de todos, “la del ciudadano, la del Presidente, la de los periodistas, propietarios de medios de comunicación, etc. Una cosa es la libertad de expresión bien entendida, es decir, con responsabilidad ulterior, según todos los tratados internacionales, la Constitución y las leyes; y otra cosa es la injuria, la calumnia, la deshonra; para eso están las leyes”.
Sobre la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) señaló que “no tiene legitimidad moral ni ética para mandarle carta a ningún Presidente de ningún país”, en relación a la misiva enviada a Rafael Correa para mantener una reunión. Para Alvarado, esta organización es un cartel de dueños de medios y recordó que su dirigente, Gonzalo Marroquín, es conocido en Guatemala como el “Berlusconi latinoamericano”.
Enfatizó que la gran mayoría de los ecuatorianos siente que en el país sí existe libertad de expresión. “Antes los gobiernos se sometían a lo que los medios decían. Era un estado de opinión sobre un estado de derecho”.
