Playas, bosque húmedo, artesanías, tejedores de paja toquilla, gastronomía eso y más es Montecristi. La cuna de Eloy Alfaro, conocida mundialmente por los renombrados Panama Hut, sombreros de paja toquilla, es un cofre de sorpresas por sus cuatro puntos cardinales. Es un cantón de paso.En un día común el turista puede llegar a las alturas del cerro de Montecristi (476 metros sobre el nivel del mar). Después de 45 minutos esta listo para disfrutar de un baño de sol en las playas de San José ubicadas al suroeste de la cabecera cantonal. La zona urbana que se desarrollo al pie del cerro tutelar, es la carta de presentación. De noviembre a marzo, la plaza central se vuelve un centro de exposición artesanal. Durante esos cinco meses, miles de turistas que llegan a Manta en los cruceros, van en busca de los artículos elaborados por los artesanos de la localidad. Los visitantes son el consuelo para nosotros, llegan de todos los lugares del mundo y son los potenciales compradores de nuestros artículos, comenta Segundo Pachay, él se encarga del acabado de los sombreros de toquilla. La zona rural está plagada de sorpresas. La comunidad de Pile de 760 habitantes es el hogar de los tejedores de toquilla. El poblado está ubicado a 40 minutos de la cabecera cantonal, al lado derecho de la vía costanera. La fibra vegetal una vez extraída del interior del bosque húmedo de Pacoche, limítrofe entre Manta y Montecristi, es procesada y luego cobra vida en la hábiles y pacientes manos de pileños. Mariana Chávez, nació en Pile hace 34 años. No ha salido del lugar. Junto a sus dos hijos alterna las tareas domésticas con su actividad del tejido. Como ella el 90 por ciento de sus vecinos se dedica a esa actividad, el resto vive de la agricultura y la pesca. La tradición de artistas está presente también en el recinto La Pila. Allí 300 personas viven de la venta de las réplicas de la figuras de cerámica precolombina. Los turistas de crucero también los visitan.
