En el húmedo caserío Santa Isabel, en el límite entre el norte de El Oro y el suroeste del Azuay, los primeros racimos de banano están listos para ser cortados.
Blanca Sánchez, dueña de una finca de 10 hectáreas, prevé cortar su fruta dentro de poco. “Espero sacar 30 cajitas a la semana”, dice, satisfecha con el grosor que han alcanzado los racimos.
Las certificaciones
En Guayas y El Oro se concentran las plantaciones bananeras calificadas como orgánicas. La certificadora BCS ÖKO acapara el pastel de áreas certificadas en el país. En Ecuador operan otras cinco agencias certificadoras.
La producción peruana de banano orgánico es la mayor competencia para Ecuador. La producción del país vecino se concentra en el norte, en Piura, Tumbes y Loreto, según el Ministerio peruano de Agricultura.
En su plantación de cacao, Sánchez sembró dos ha de la fruta. No se trata de un banano cualquiera. Esta pequeña productora tramita la certificación de su fruta como orgánica.
Con ello espera obtener más de siete dólares por cada caja. El precio oficial de la caja convencional de banano está en USD 3,75.
Sánchez y otros 15 productores de la zona, a 180 kilómetros de Machala, están gestionando el certificado que acreditará su fruta como orgánica. Allí, los agricultores manejan un sistema de cultivo agroforestal, combinando el nuevo cultivo de banano, con los viejos cacaotales. Si consiguen la certificación –y Sánchez espera que así sea- el grupo de productores estima que podrá sacar más de 1 200 cajas semanales.
Los campesinos muestran fe en el cultivo orgánico. En esa zona, donde el cacao predomina y cuando los meses de cosecha de la mazorca terminan, el trabajo escasea. El banano, por el contrario, se recoge todo el año.
El interés de los comuneros de Santa Isabel por cultivar banano orgánico es un reflejo de lo que pasa en otras zonas del país.
Según un reciente informe elaborado por la cooperante alemana GTZ –basada en datos del Ministerio de Agricultura y de las agencias certificadoras- las hectáreas sembradas con banano no convencional pasaron de 4 719 en el 2004 a 13 767 ha, el 2006.
Ese crecimiento del 290% se explica porque la certificación se ha convertido en una condición de acceso a mercados, razona Mariuxi Rovayo, del área de Calidad y Acceso a Mercados de la GTZ. “Además, en Europa, en los últimos años se incrementaron los productos orgánicos en los supermercados, creciendo considerablemente la demanda”.
Según las certificadoras internacionales que mantienen agencias en el país, el banano orgánico es el producto estrella. Para BCS ÖKO, la musácea ocupa el 60% de sus áreas certificadas.
En El Oro, el banano orgánico empezó a cultivarse desde hace más de 10 años. No obstante, crece desde el 2001. Un ejemplo de ello es la Asociación de Pequeños Productores de Banano El Guabo. La producción del grupo, que abarca a 220 pequeños productores en El Oro y Guayas, creció de 5 000 cajas semanales en el 2004, a 12 000 en la actualidad.
Aún así, su oferta no satisface la creciente demanda de sus compradores europeos. “Tenemos que prepararnos para entregar 25 000 cajas semanales”, dice Édison Aguilar, asesor de productos orgánicos del grupo.
La Asociación tiene puesta su mirada en los productores de Santa Isabel. El modelo de cultivo agroforestal que manejan los campesinos da excelentes resultados, considera Aguilar. “Ellos logran obtener una fruta exportable de igual calidad que en las haciendas orgánicas tecnificadas”.
En el país, actualmente existen 11 empresas y asociaciones productoras de banano orgánico, según la GTZ, y otras nueve que, además de producir, exportan. Y son solo las más grandes, precisa el informe de la cooperante.
Pese al creciente interés por la producción y exportación de este banano no convencional no se registran datos de los volúmenes anuales de producción y exportación del país.
“La información que se dispone es parcial y poco fiable”, advierte María Antonieta Reyes, del área de Banano de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones.
De acuerdo con un informe del 2006 de la Federación Internacional de Agricultura Orgánica (Ifoam, por sus siglas en inglés), Ecuador se ubica entre los 55 primeros países con mayores hectáreas orgánicas. En Sudamérica, está entre los siete primeros.
