QUITO.La ministra de la Producción, Nathalie Cely, y David Molina, funcionario de esa cartera, presentaron el programa de apoyo a los sectores afectados por la finalización del Atpdea.
Con la emisión de certificados de ‘abonos tributarios’, documentos que podrán ser negociados en las bolsas y usados para el pago de impuestos, el Gobierno cubrirá parte de los costos arancelarios que genera la expiración de las Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea, por sus siglas en inglés).
El sistema de compensación, que debe ser aprobado por el Ejecutivo, es una de las medidas que anunció el Ministerio Coordinador de la Producción a dos meses del vencimiento de las preferencias que entrega EE.UU. y que caducaron el 12 de febrero pasado.
Los certificados que se emitirán, sin embargo, no cubrirán la totalidad de los aranceles que deben pagar los productos para ir al mercado estadounidense, pues una parte deberá ser asumida por los exportadores.
La ministra de la Producción, Nathalie Cely, señaló que se está analizando un porcentaje máximo. “Para cada sector este tope puede estar entre el 50%, el 60% como máximo, el resto el 40% lo tendrá que asumir el sector productivo y por esto es que sí puede pasar las normas de OMC porque es un plan de cofinanciamiento para mejorar la estructura competitiva”, sostuvo la ministra.
El esquema de abono tributario será analizado por el Consejo de Comercio Exterior mañana, antes de pasar a la presidencia de la República.
Mauricio Peña, viceministro de la Producción, explicó que este crédito tributario busca resarcir el impacto real del pago de los aranceles para el sector exportador, que tras vencer el Atpdea perdió la posibilidad de ingresar productos exonerados de arancel a Estados Unidos.
El plan tiene dos etapas: de 30 a 90 días y de nueve meses, cuyos detalles como costo estatal (que sería menos de $ 25 millones), vigencia y duración se están puliendo. En la segunda etapa, de nueve meses, se invertirá el ámbito de la diversificación de mercados y de productos.
Se anticipó que el mecanismo no será igual para todos, por lo que se aplicarán varios parámetros: nivel de competencia que tenga cada uno de los sectores en Estados Unidos y el impacto que el arancel tendrá respecto a su competencia, diversificación de mercados, de productos, rentabilidad de cada una de las empresas.
Para acceder a este mecanismo, los exportadores deben entregar la certificación de pago del arancel, que hayan efectuado los importadores en Estados Unidos.
Ignacio Pérez, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Flores (Expoflores), indicó que la propuesta del crédito tributario es interesante, aunque acordaron en revisar cómo funcionaría la iniciativa para el sector. “Sería mecánicamente muy difícil pedir al cliente que nos envié lo que pagó de impuestos”, añadió.
Sandra Silva, representante de la industria maderera, mencionó que el tema no es solamente de tipo arancelario, sino que debe haber estabilidad para dar señales claras al mercado internacional.
Con la emisión de certificados de ‘abonos tributarios’, documentos que podrán ser negociados en las bolsas y usados para el pago de impuestos, el Gobierno cubrirá parte de los costos arancelarios que genera la expiración de las Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea, por sus siglas en inglés).
El sistema de compensación, que debe ser aprobado por el Ejecutivo, es una de las medidas que anunció el Ministerio Coordinador de la Producción a dos meses del vencimiento de las preferencias que entrega EE.UU. y que caducaron el 12 de febrero pasado.
Los certificados que se emitirán, sin embargo, no cubrirán la totalidad de los aranceles que deben pagar los productos para ir al mercado estadounidense, pues una parte deberá ser asumida por los exportadores.
La ministra de la Producción, Nathalie Cely, señaló que se está analizando un porcentaje máximo. “Para cada sector este tope puede estar entre el 50%, el 60% como máximo, el resto el 40% lo tendrá que asumir el sector productivo y por esto es que sí puede pasar las normas de OMC porque es un plan de cofinanciamiento para mejorar la estructura competitiva”, sostuvo la ministra.
El esquema de abono tributario será analizado por el Consejo de Comercio Exterior mañana, antes de pasar a la presidencia de la República.
Mauricio Peña, viceministro de la Producción, explicó que este crédito tributario busca resarcir el impacto real del pago de los aranceles para el sector exportador, que tras vencer el Atpdea perdió la posibilidad de ingresar productos exonerados de arancel a Estados Unidos.
El plan tiene dos etapas: de 30 a 90 días y de nueve meses, cuyos detalles como costo estatal (que sería menos de $ 25 millones), vigencia y duración se están puliendo. En la segunda etapa, de nueve meses, se invertirá el ámbito de la diversificación de mercados y de productos.
Se anticipó que el mecanismo no será igual para todos, por lo que se aplicarán varios parámetros: nivel de competencia que tenga cada uno de los sectores en Estados Unidos y el impacto que el arancel tendrá respecto a su competencia, diversificación de mercados, de productos, rentabilidad de cada una de las empresas.
Para acceder a este mecanismo, los exportadores deben entregar la certificación de pago del arancel, que hayan efectuado los importadores en Estados Unidos.
Ignacio Pérez, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Flores (Expoflores), indicó que la propuesta del crédito tributario es interesante, aunque acordaron en revisar cómo funcionaría la iniciativa para el sector. “Sería mecánicamente muy difícil pedir al cliente que nos envié lo que pagó de impuestos”, añadió.
Sandra Silva, representante de la industria maderera, mencionó que el tema no es solamente de tipo arancelario, sino que debe haber estabilidad para dar señales claras al mercado internacional.