Sin embargo, este sistema ya genera diversas reacciones en el país. “La única moneda o medio de pago en el Ecuador para operaciones financieras realizadas por o a través de instituciones financieras es el dólar. Por lo tanto, la circulación de sustitutos monetarios está prohibida y es penada por la ley”. Así se pronunció la Superintendencia de Bancos ayer frente a este sistema de pago.
Para algunos expertos se trata de una moneda paralela, que representaría un primer paso a la desdolarización. En cambio para sus mentalizadores es un instrumento complementario que funciona exitosamente en otros países en beneficio de la economía popular y solidaria.
Las UDIS fueron impresos en papel moneda en Holanda, con seguridades para evitar su falsificación. Estos pueden ser canjeados por los socios de la cooperativa de ahorro y crédito Integral y pueden utilizarse solamente en la parroquia, siempre y cuando ellos entreguen dólares, por lo que tienen respaldo monetario, explicó Javier Félix, de Fundación Pachamama, una de las tres entidades que promueven este proyecto piloto. Las otras dos son Red Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador (Renafipse) y la organización STRO de los Países Bajos.
Según explica Félix, este tipo de monedas sociales o de medios de pagos complementarios, logran promover las ventas dentro de la comunidad y así evitar la salida innecesaria de divisas de la jurisdicción y generan un sentido comunitario.
La idea era que realicen compraventa de productos y que se entreguen créditos a un interés menor en UDIS. Así funcionó en una feria productiva el 10 de abril en la que los productores y socios canjearon sus dólares por UDIS, e hicieron los intercambios. Para Félix, no hay intención de generar un sistema que reemplace al dólar.
En cambio para Marcos López, ex miembro del Directorio del Banco Central, este proceso implica la creación de una moneda paralela sin respaldo real. En el caso, por ejemplo de tener una corrida en la cooperativa, la entidad financiera puede entrar en proceso de liquidación por iliquidez.
Para López, lo que está pasando es parecido a lo que sucedió en Argentina con los patacones y otras monedas paralelas que se crearon. “Es una desmonetización de la economía y es un paso previo a la desdolarización porque se está emitiendo moneda sin el respaldo correspondiente del país”, aseguró.
Según el principal de Renafipse, Rodrigo Aucay, la función del Banco Central en este caso radica en el seguimiento y supervisión del proyecto para que al finalizarlo, señale las fortalezas y sus debilidades.
Los cerca de 50 comerciantes de Sinincay que participan en este tipo de intercambio forman parte de un convenio con la cooperativa Integral. Sus opiniones son diversas. Miriam Viñanzaca, propietaria de un salón de belleza, asegura que pocas son las personas que cancelan sus servicios con UDIS, porque a su parecer aún hay desconfianza.
Otros le apuestan al método. “Es bueno que el dinero no vaya fuera de nuestra parroquia, para tratar de mantener la economía aquí y evitar movilizarnos a la ciudad”, dijo Orlando Gordillo, dueño de un restaurante.