"El 25 de abril todos los chóferes ecuatorianos bajaremos nuestros brazos y no conduciremos" las unidades del servicio público en todo el país, dijo en una rueda de prensa el presidente de dicho gremio, Ricardo Onofre.
Señaló que su gremio se siente afectado por el endurecimiento de las sanciones y que, a la par, las autoridades deberían revisar el esquema de tarifas del transporte.
Otro de los dirigentes, Carlos García, manifestó que la jornada de protesta incluirá fuertes medidas de presión como el cierre de "puentes y carreteras".
García dijo que su gremio no teme a la posible represión policial o que se abran procesos judiciales contra los promotores de las protestas.
Si ello ocurre, dijo, el Gobierno deberá construir "cárceles para todos los chóferes" en el país.
No obstante, los transportistas indicaron que la jornada de protesta será sólo ese día para evitar que su acción sea utilizada en la campaña electoral de cara a la consulta popular convocada por el Gobierno para el 7 de mayo que, entre otros fines, busca reformar sistema judicial.
De su lado, el director ejecutivo de la Comisión Nacional de Tránsito (CNT), Ricardo Antón, lamentó que el anuncio de los chóferes se dé en un día en que varios accidentes de tránsito han generado más de una decena de muertos.
Antón reprochó a los dirigentes de los transportistas, a los que, de forma irónica, dijo que debían convocar a la rueda de prensa "en la morgue (tanatorio) o en las clínicas" donde se encuentran las víctimas de los accidentes ocurridos hoy.
En una zona costera, en la carretera que une a las ciudades de Guayaquil y Portoviejo, dos autobuses de pasajeros colisionaron de frente y causaron la muerte de al menos diecisiete personas, mientras otras cuarenta resultaron heridas.
Según Anton, en muchos accidentes los chóferes de los autobuses de pasajeros "son los verdaderos responsables", por lo que justificó el endurecimiento de las sanciones a los infractores a las leyes de tránsito.