El ministro del Interior de Ecuador, Alfredo Vera, dijo que "no es coincidencia" que los cables de WikiLeaks aparezcan un mes antes de la consulta popular, convocada por el Gobierno para, entre otras cosas, reformar el sistema de justicia del país.
"No es casualidad ni coincidencia que estemos en un proceso electoral donde los enemigos de la Consulta Popular se sienten derrotados y buscan todas las armas posibles para desacreditar al Gobierno", dijo Vera en unas declaraciones que recoge en su web el periódico oficial, El Ciudadano.
Ayer salió a la luz un cable en el que se decía que el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, era "el enlace" de la campaña del presidente Rafael Correa y el dinero enviado a la misma por el gobernante venezolano, Hugo Chávez, según informó la revista colombiana Semana en su última edición.
Por otro lado, el lunes 4 de abril se conoció un cable firmado por la exembajadora de EE.UU. en Ecuador, Heather Hodges, donde se decía que en Ecuador existe corrupción dentro del cuerpo policial y, además, que algunos funcionarios creían que Correa había puesto a un agente corrupto frente la dirección de esta institución para poderlo manipular.
Vera calificó de "politiquera" los cables donde se habla de una "supuesta corrupción generalizada en la Policía Nacional".
Asimismo, remarcó que la aparición de estos cables son "armas políticas" a las que se suman "los resentidos y enemigos del Gobierno".
A raíz del cable de la semana pasada, se desencadenó una crisis diplomática entre Estados Unidos y Ecuador, que finalizó con la expulsión de los embajadores de ambos países.
Hodges abandonó hoy Quito, mientras se espera que su homólogo ecuatoriano, Luis Gallegos, esté llegando al país el viernes, confirmó hoy a Efe una fuente de la Cancillería.
La Embajada de Estados Unidos en Quito quedó a cargo del ministro consejero Andrew Chritton, quien fue la persona que envió, hace un año, el cable en el que acusa a Patiño, según publicó la revista Semana.
Tras la aparición del cable de la semana pasada, Patiño llamó a Hodges para que le diera una explicación, pero esta aseveró que eran documentos robados, por lo que no haría comentarios, algo que Quito consideró inaceptable.
"No es casualidad ni coincidencia que estemos en un proceso electoral donde los enemigos de la Consulta Popular se sienten derrotados y buscan todas las armas posibles para desacreditar al Gobierno", dijo Vera en unas declaraciones que recoge en su web el periódico oficial, El Ciudadano.
Ayer salió a la luz un cable en el que se decía que el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, era "el enlace" de la campaña del presidente Rafael Correa y el dinero enviado a la misma por el gobernante venezolano, Hugo Chávez, según informó la revista colombiana Semana en su última edición.
Por otro lado, el lunes 4 de abril se conoció un cable firmado por la exembajadora de EE.UU. en Ecuador, Heather Hodges, donde se decía que en Ecuador existe corrupción dentro del cuerpo policial y, además, que algunos funcionarios creían que Correa había puesto a un agente corrupto frente la dirección de esta institución para poderlo manipular.
Vera calificó de "politiquera" los cables donde se habla de una "supuesta corrupción generalizada en la Policía Nacional".
Asimismo, remarcó que la aparición de estos cables son "armas políticas" a las que se suman "los resentidos y enemigos del Gobierno".
A raíz del cable de la semana pasada, se desencadenó una crisis diplomática entre Estados Unidos y Ecuador, que finalizó con la expulsión de los embajadores de ambos países.
Hodges abandonó hoy Quito, mientras se espera que su homólogo ecuatoriano, Luis Gallegos, esté llegando al país el viernes, confirmó hoy a Efe una fuente de la Cancillería.
La Embajada de Estados Unidos en Quito quedó a cargo del ministro consejero Andrew Chritton, quien fue la persona que envió, hace un año, el cable en el que acusa a Patiño, según publicó la revista Semana.
Tras la aparición del cable de la semana pasada, Patiño llamó a Hodges para que le diera una explicación, pero esta aseveró que eran documentos robados, por lo que no haría comentarios, algo que Quito consideró inaceptable.