El cambio del sistema de cupos al de aranceles para la compra de banano en Europa genera preocupación en ese mercado, porque el precio de la fruta se ha vuelto volátil y aún no se encuentra solución, según Carolina Dawson, analista del Centro Internacional de Investigación Agronómica para el Desarrollo, con sede en Francia.
Dawson, que participó ayer en la sexta conferencia del Foro Internacional del Banano, explicó que este fenómeno se da desde el 2006 cuando se remplazó el sistema. Uno de los objetivos del cambio fue contribuir al aumento de la colocación de banano latinoamericano en los mercados europeos, con lo que la participación de la fruta latinoamericana pasó de 63% a 71%. Sin embargo, el tema genera preocupación, pues permite que problemas ajenos al mercado perjudiquen los precios.
El año pasado, comentó, por los desastres naturales en Centroamérica, Costa Rica dejó de colocar fruta y con ello el producto se encareció. En otros escenarios, cuando el mercado está inundado, el precio ha bajado a niveles poco atractivos para los exportadores.
Aún se estudian formas de dar estabilidad. Las empresas alemanas, por ejemplo, reducen sus compras de fruta cuando se inician las épocas de menor producción bananera.
Eduardo Ledesma, director de la Asociación de Exportadores (AEBE), en cambio, ve el sistema de aranceles como positivo porque se basa en la competitividad. Pese a esto, agrega que el peligro para la fruta ecuatoriana está en las preferencias arancelarias que tienen sus competidores Colombia y países de Centroamérica a través de acuerdos con la Unión Europea.
Dawson, que participó ayer en la sexta conferencia del Foro Internacional del Banano, explicó que este fenómeno se da desde el 2006 cuando se remplazó el sistema. Uno de los objetivos del cambio fue contribuir al aumento de la colocación de banano latinoamericano en los mercados europeos, con lo que la participación de la fruta latinoamericana pasó de 63% a 71%. Sin embargo, el tema genera preocupación, pues permite que problemas ajenos al mercado perjudiquen los precios.
El año pasado, comentó, por los desastres naturales en Centroamérica, Costa Rica dejó de colocar fruta y con ello el producto se encareció. En otros escenarios, cuando el mercado está inundado, el precio ha bajado a niveles poco atractivos para los exportadores.
Aún se estudian formas de dar estabilidad. Las empresas alemanas, por ejemplo, reducen sus compras de fruta cuando se inician las épocas de menor producción bananera.
Eduardo Ledesma, director de la Asociación de Exportadores (AEBE), en cambio, ve el sistema de aranceles como positivo porque se basa en la competitividad. Pese a esto, agrega que el peligro para la fruta ecuatoriana está en las preferencias arancelarias que tienen sus competidores Colombia y países de Centroamérica a través de acuerdos con la Unión Europea.