Después de dos horas de debates e intervenciones, el Pleno de la Asamblea decidió ayer el archivo del proyecto de Ley de Libertad e Igualdad Religiosa, que con anterioridas fue sometido a primer debate.
El proyecto de ley, presentado por el ponente Marco Murillo, no tuvo el apoyo de asambleístas del oficialismo ni de oposición, por ello, con 71 votos de los 106 legisladores presentes, se lo archivó.
Para ello, se tomó en cuenta que la propuesta, en la forma en que fue planteada por Murillo, no se ajustaba a la Constitución, que reconoce al Ecuador como un Estado laico, y porque no incluían otros temas importantes.
El asambleísta Kléver García, quien fue uno de los que planteó el archivo del proyecto, en su intervención durante la sesión manifestó que "para inclinarnos frente a Dios no se necesitan de normas legales".
Otros asambleístas reconocieron que la ley de cultos vigente es "arcaica" por cuanto data de 1937, pero que eso no implica hacer una ley sin el suficiente análisis profundo, que ante todo respete la libertad religiosa, basada en la Constitución ecuatoriana y que respete los acuerdos y normas internacionales respecto a los derechos humanos en torno a este tema, para evitar que por beneficiar a unos grupos religiosos se vaya a perjudicar a otros.
El proyecto de ley, presentado por el ponente Marco Murillo, no tuvo el apoyo de asambleístas del oficialismo ni de oposición, por ello, con 71 votos de los 106 legisladores presentes, se lo archivó.
Para ello, se tomó en cuenta que la propuesta, en la forma en que fue planteada por Murillo, no se ajustaba a la Constitución, que reconoce al Ecuador como un Estado laico, y porque no incluían otros temas importantes.
El asambleísta Kléver García, quien fue uno de los que planteó el archivo del proyecto, en su intervención durante la sesión manifestó que "para inclinarnos frente a Dios no se necesitan de normas legales".
Otros asambleístas reconocieron que la ley de cultos vigente es "arcaica" por cuanto data de 1937, pero que eso no implica hacer una ley sin el suficiente análisis profundo, que ante todo respete la libertad religiosa, basada en la Constitución ecuatoriana y que respete los acuerdos y normas internacionales respecto a los derechos humanos en torno a este tema, para evitar que por beneficiar a unos grupos religiosos se vaya a perjudicar a otros.