Quito, 3 de Marzo de 2009. El ministro de Defensa, Javier Ponce, aseguró que no existen pruebas de que el guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Óliver Solarte, viva en Ecuador, pero no negó que haya registros de su ingreso al país.
“Lo que sabemos por Inteligencia es simplemente la sospecha de que pudo haber ingresado, pero no hay ninguna información de que el viva aquí, como afirma la información colombiana”, comentó Ponce.
Negocios El Ministro de Defensa rechazó las versiones de la prensa que señalan que Solarte vive en Sucumbíos y en esa provincia hace sus negocios con narcotraficantes.
“Si dicen que el ingreso es fácil por el puente sobre el río San Miguel, hay que recordar que Colombia incumplió la promesa de colocar ahí un destacamento. Si dicen que es fácil entrar a Ecuador por qué no se preocupan en averiguar porqué es tan fácil salir y que se preocupen un poco más por la corrupción en sus Fuerzas Armadas, con el caso de los falsos positivos”, señaló Ponce.
Relaciones diplomáticas Ponce también atacó al ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos. “Quiero rechazar las declaraciones que ha hecho suelto de huesos el ministro Santos, que las relaciones se restablecerán cuando Ecuador quiera, querrá cuando Colombia renuncie esa rémora de (George W.) Bush, que es creer que en defensa de su política puede bombardear otro país”, insistió Ponce.
Por su parte, el canciller, Fander Falconí, informó que para la tercera semana de marzo llegará al país una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), la que permanecerá varios días en el país para verificar la situación en la frontera y conversar con las autoridades del país.
Falconí también dijo que Ecuador ya envió una nota de protesta al Gobierno estadounidense por las declaraciones hechas por el nuevo jefe de la CIA, Leon Panetta, quien advirtió inestabilidad política en el país.
Más complicaciones para SilvaEl mayor Manuel Silva, ex director de la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES) de la Policía, que fue acusado de entregar información a la Embajada de Estados Unidos y de demorar la captura de José Ignacio Chauvín, ahora es investigado por reuniones que habría mantenido en Colombia con miembros de Inteligencia de Militar de este país.
Miguel Carvajal, ministro de Seguridad Interna y Externa, respondió las preguntas de la prensa con cuestionamientos. Y dijo que se ha solicitado la información sobre el encuentro de Silva con los militares colombianos el 27 y 28 de febrero de 2008, cuando el policía había informado que se trasladaba Bogotá a un curso.
Además, Carvajal dejó en duda el trabajo hecho por Silva y por el coronel Mario Pazmiño, ex director de Inteligencia del Ejército, respecto a la decisión de no capturar a la guerrillera Nuvia Calderón, cuando había estado relacionada con casos anteriores de guerrilleros capturados en el país.
Pazmiño negó estas acusaciones y aseguró que su tiempo en Inteligencia, seis meses, fue muy corto y que la pregunta que Carvajal le dirigió, se la debería hacer a los anteriores directores de esta área.
Sin embargo, Pazmiño no negó que conoció de un proceso de investigación que se le estaba siguiendo a Calderón, pero que estaba en manos de la Policía Nacional.
“Lo que sabemos por Inteligencia es simplemente la sospecha de que pudo haber ingresado, pero no hay ninguna información de que el viva aquí, como afirma la información colombiana”, comentó Ponce.
Negocios El Ministro de Defensa rechazó las versiones de la prensa que señalan que Solarte vive en Sucumbíos y en esa provincia hace sus negocios con narcotraficantes.
“Si dicen que el ingreso es fácil por el puente sobre el río San Miguel, hay que recordar que Colombia incumplió la promesa de colocar ahí un destacamento. Si dicen que es fácil entrar a Ecuador por qué no se preocupan en averiguar porqué es tan fácil salir y que se preocupen un poco más por la corrupción en sus Fuerzas Armadas, con el caso de los falsos positivos”, señaló Ponce.
Relaciones diplomáticas Ponce también atacó al ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos. “Quiero rechazar las declaraciones que ha hecho suelto de huesos el ministro Santos, que las relaciones se restablecerán cuando Ecuador quiera, querrá cuando Colombia renuncie esa rémora de (George W.) Bush, que es creer que en defensa de su política puede bombardear otro país”, insistió Ponce.
Por su parte, el canciller, Fander Falconí, informó que para la tercera semana de marzo llegará al país una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), la que permanecerá varios días en el país para verificar la situación en la frontera y conversar con las autoridades del país.
Falconí también dijo que Ecuador ya envió una nota de protesta al Gobierno estadounidense por las declaraciones hechas por el nuevo jefe de la CIA, Leon Panetta, quien advirtió inestabilidad política en el país.
Más complicaciones para SilvaEl mayor Manuel Silva, ex director de la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES) de la Policía, que fue acusado de entregar información a la Embajada de Estados Unidos y de demorar la captura de José Ignacio Chauvín, ahora es investigado por reuniones que habría mantenido en Colombia con miembros de Inteligencia de Militar de este país.
Miguel Carvajal, ministro de Seguridad Interna y Externa, respondió las preguntas de la prensa con cuestionamientos. Y dijo que se ha solicitado la información sobre el encuentro de Silva con los militares colombianos el 27 y 28 de febrero de 2008, cuando el policía había informado que se trasladaba Bogotá a un curso.
Además, Carvajal dejó en duda el trabajo hecho por Silva y por el coronel Mario Pazmiño, ex director de Inteligencia del Ejército, respecto a la decisión de no capturar a la guerrillera Nuvia Calderón, cuando había estado relacionada con casos anteriores de guerrilleros capturados en el país.
Pazmiño negó estas acusaciones y aseguró que su tiempo en Inteligencia, seis meses, fue muy corto y que la pregunta que Carvajal le dirigió, se la debería hacer a los anteriores directores de esta área.
Sin embargo, Pazmiño no negó que conoció de un proceso de investigación que se le estaba siguiendo a Calderón, pero que estaba en manos de la Policía Nacional.