Ecuador tildó este martes de fracaso la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima celebrada en Durban (Sudáfrica), y lo atribuyó al poco compromiso de los países desarrollados.
"Desde el punto de vista ambiental, los resultados fueron un verdadero fracaso", dijo en rueda de prensa el canciller Ricardo Patiño, quien presidió la delegación ecuatoriana en la cumbre que finalizó el domingo tras 14 días de negociaciones.
"Los resultados son pobres y ponen en riesgo la supervivencia de la especie humana", agregó la ministra de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, quien también participó en el cónclave.
El canciller indicó que "en lo diplomático apenas se logró salvar los muebles", pues "hubo un momento en que se pensaba que la conferencia iba a ser suspendida".
"Esto, por el poco nivel de compromiso de los países más desarrollados", afirmó Patiño, apuntando que "la tónica de la negociación fue ver cómo el uno vencía al otro".
La cita finalizó con la aprobación de una hoja de ruta para un acuerdo global en 2015, destinado a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
El objetivo es que este acuerdo, cuya naturaleza jurídica debe ser todavía discutida, entre en vigor hacia 2020.
Los funcionarios ecuatorianos resaltaron el acuerdo logrado para prolongar más allá de 2012 el Protocolo de Kioto, que impone a los países industrializados, con excepción de Estados Unidos, que no lo ratificó, reducir las emisiones responsables del calentamiento global.
Sin embargo, el canciller ecuatoriano aseguró que este pacto tiene "vacíos", pues los compromisos esperados "no se produjeron".
"Sobrevivió el Protocolo, pero absolutamente débil e insuficiente para los efectos de mitigación que debemos hacer", sostuvo Espinosa, quien criticó la decisión de Canadá de retirarse del acuerdo y se dijo preocupada por la implementación del llamado Fondo Verde.
Dicho fondo debe proveer financiamiento a partir de 2013 y aumentar periódicamente hasta 2020, fecha en la que los países industrializados prometieron girar 100.000 millones de dólares por año para que las naciones en desarrollo puedan hacer frente al cambio climático.
"Tenemos el baúl, pero está vacío, no sabemos de dónde van a venir esos recursos", afirmó la ministra, cuyo administración se opone a que el fondo sea gestionado indefinidamente por el Banco Mundial. (AFP)