Cuenca baja del río Guayas es una de las zonas afectadas. Río se lleva hasta las gallinas
El drama de los moradores del cantón Naranjal (Guayas) aumenta cada hora, mientras el caudal del río Cañar ya busca salida por las plantaciones de banano, cacao y arroz.
Ayer, la doméstica Inés Mora (59) tuvo que cocinar el almuerzo en la casa de una vecina y lavar sus prendas de vestir con el agua hasta el abdomen. Entre preocupación y llanto, dijo que la crecida del río se llevó "media docena de gallinas que estaban a punto de venderse en el mercado local".
Pero su caso no es el único en la parroquia ubicada en el kilómetro 24 de la vía que conduce a varios puntos de la zona austral. La escuela fiscal Atahualpa continúa bajo el agua y los estudiantes esperan terminar los exámenes para evitar las copiosas lluvias y la presencia de los vectores.
Yolanda Díaz, moradora del recinto El Lechugal, demandó la construcción de más muros de contención y alcantarillas para que la corriente desfogue en otra dirección.
A un costado de la vía, una brigada de Cedegé efectuaba ayer trabajos de mantenimiento en los muros de contención para protección del río Cañar, en los sectores El Barranco, Amarillo, San Martín, en La Troncal, así como la reposición de un muro en la vía Puerto Inca. Los trabajos están a cargo de las compañías Cadmecorpsa y Adomegsa, por $314 mil.
Hacia el mediodía de ayer, Carlos Andrade, ejecutivo de Cedegé, llegó a supervisar los trabajos de cimentación que desarrolló la empresa Oslomap, como parte de las obras de emergencia de la primera fase. Señaló que en el muro de La Florencia hubo una pequeña filtración pese a que "el trabajo fue bien hecho". En cuanto a Puerto Inca recomendó un estudio para la edificación del by pass para desviar las aguas del río Cañar y Bulu Bulu.
El drama de los moradores del cantón Naranjal (Guayas) aumenta cada hora, mientras el caudal del río Cañar ya busca salida por las plantaciones de banano, cacao y arroz.
Ayer, la doméstica Inés Mora (59) tuvo que cocinar el almuerzo en la casa de una vecina y lavar sus prendas de vestir con el agua hasta el abdomen. Entre preocupación y llanto, dijo que la crecida del río se llevó "media docena de gallinas que estaban a punto de venderse en el mercado local".
Pero su caso no es el único en la parroquia ubicada en el kilómetro 24 de la vía que conduce a varios puntos de la zona austral. La escuela fiscal Atahualpa continúa bajo el agua y los estudiantes esperan terminar los exámenes para evitar las copiosas lluvias y la presencia de los vectores.
Yolanda Díaz, moradora del recinto El Lechugal, demandó la construcción de más muros de contención y alcantarillas para que la corriente desfogue en otra dirección.
A un costado de la vía, una brigada de Cedegé efectuaba ayer trabajos de mantenimiento en los muros de contención para protección del río Cañar, en los sectores El Barranco, Amarillo, San Martín, en La Troncal, así como la reposición de un muro en la vía Puerto Inca. Los trabajos están a cargo de las compañías Cadmecorpsa y Adomegsa, por $314 mil.
Hacia el mediodía de ayer, Carlos Andrade, ejecutivo de Cedegé, llegó a supervisar los trabajos de cimentación que desarrolló la empresa Oslomap, como parte de las obras de emergencia de la primera fase. Señaló que en el muro de La Florencia hubo una pequeña filtración pese a que "el trabajo fue bien hecho". En cuanto a Puerto Inca recomendó un estudio para la edificación del by pass para desviar las aguas del río Cañar y Bulu Bulu.