No fue Presidente, General,
Ministro, Asambleísta ni cargo alguno para ganarse el cariño de la gente, basto su esfuerzo y sacrificio para estar hoy en todos los
corazones, como si hubiese sido miembro de la familia.
Fue un niño que tal vez paso
dificultades como muchas personas pobres, pero alcanzo la riqueza más grande al
ser aclamado por el mundo entero (por una semana completa) nunca antes en la
historia alcanzado por ninguna figura.
Eso se gana con humildad, sencillez,
amabilidad, con mucho esmero de triunfar y una meta desafiante ser grande
cuando muera
Los valores y virtudes se reconocen cuando ya no estamos con vida,
que bueno vivir humilde para morir famoso.
Deja un compromiso a los jóvenes deportistas
a pasar su record para alimentar sus sueños.
Con esto le digo a CHUCHO, paz en
su tumba y a su familia sentirse orgullosos por siempre.
Carlos Reinoso