La visita oficial a Ecuador del príncipe de Asturias, que ha viajado acompañado de la princesa Letizia, sirvió para afianzar la buena sintonía de las relaciones entre España y Ecuador, con cuyo presidente, Rafael Correa, mantuvo hoy una reunión de trabajo en el Palacio de Carondelet.
Previamente, el heredero de la Corona española había clausurado un foro empresarial hispano-ecuatoriano, donde animó a las empresas españolas a emplear su "gran potencial" para afrontar la crisis con iniciativas en el exterior, como ya ocurre en Ecuador, donde la inversión española acumulada alcanza los $1 000 millones.
Su mensaje, con el horizonte de la potenciación de esta presencia empresarial en Ecuador, fue más allá de este caso concreto.
Porque, según el príncipe, "momentos difíciles como los actuales pueden efectivamente dar paso a oportunidades que puedan ser aprovechadas por nuestras empresas", para lo cual les emplazó a impulsar "su creatividad y su dinamismo", todo ello con una "mayor proyección e implantación en mercados cada vez más amplios".
Como ya hizo en Panamá, donde los príncipes de Asturias comenzaron el martes su gira iberoamericana, Felipe de Borbón defendió a las empresas españolas y su "espíritu emprendedor".
"España cuenta con empresas punteras, competitivas, modernas e innovadoras en diferentes sectores de la economía", remarcó, para mencionar seguidamente aquellos ámbitos donde más oportunidades tienen en Ecuador, como la banca, las telecomunicaciones, las energías renovables o las infraestructuras y el transporte.
Más claramente, el príncipe de Asturias proclamó que las entidades asentadas en Ecuador son exponentes de la Marca España, esto es, "calidad y excelencia".
En la misma reunión empresarial, el vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Arturo Fernández, hizo notar que para apostar por el aumento de la inversión española es preciso seguridad jurídica y estabilidad, y agradeció a Correa los esfuerzos de su Gobierno en este sentido.
De la buena acogida dispensada a España da idea la presencia en este foro ayer del propio Correa y hoy del vicepresidente, Lenin Moreno, y varios ministros.
Con marcado carácter económico, la visita de los príncipes de Asturias culminó hoy con un almuerzo ofrecido por Correa en el Palacio Presidencial, donde ambos recibieron los máximos honores protocolarios, especialmente vistosos en el entorno del casco histórico de Quito, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Llegaron desde la cercana iglesia de la Compañía de Jesús, donde el alcalde metropolitano, Augusto Barreda, les declaró huéspedes ilustres y les entregó las llaves de la ciudad.
A la salida del templo, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, el príncipe Felipe y la princesa Letizia saludaron a los quiteños que les esperaban en la calle; la esposa del heredero de la Corona española se fotografió con una indígena kichwa.
Ya a las puertas del Palacio de Carondelet, engalanado con banderas españolas y ecuatorianas, Correa les agasajó con un caluroso recibimiento, mientras respondían con saludos a los ecuatorianos congregados en la Plaza de la Independencia.
Y si muchos gritaban "Correa Presidente" o "Viva España", también se escucharon gritos contra la empresa española Repsol por sus operaciones en la Amazonía.
Correa y sus invitados accedieron después al interior del edificio, flanqueados por granaderos ataviados con trajes de época.
El almuerzo puso el colofón a una visita oficial de apretada agenda de la que los príncipes de Asturias se llevan la gran receptividad de las autoridades de Ecuador para impulsar las relaciones bilaterales y preparar la acogida a la inversión española. (EFE)