El Canciller de la República , Fander Falconì es uno de los propulsores de la denominada "Iniciativa ITT", la misma que promete la preservación del petróleo en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía a cambio de recursos de la comunidad mundial. Por ello, este fin de semana el Ministerio de Relaciones Exteriores volvió a ratificar en un extenso comunicado el respaldo a esta propuesta, pese a las versiones que dan por iniciado el proceso licitatorio para ya dar paso a la exploración petrolera.
Segùn la Cancillerìa de Ecuador, la decisión de prorrogar por seis meses el plazo para lograr los objetivos de la Iniciativa Yasuní—ITT, confirma la responsabilidad del Gobierno del Ecuador, que se ha propuesto constituir un nuevo modelo de desarrollo, basado en alcanzar la sustentabilidad como país y en el cual el crecimiento económico no sacrifique el patrimonio natural y cultural, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, Fander Falconí Benítez.
Por esa razón, el Canciller ecuatoriano expresó su firme compromiso con esta Iniciativa y su apoyo decidido para realizar todos los esfuerzos y las gestiones que sean necesarias para llevar adelante la concreción de este proyecto.
Más aun si la Iniciativa Yasuní—ITT (en referencia a las reservas petroleras del corredor Ishpingo—Tambococha—Tiputini), según el Ministro Falconí, constituye un punto de ruptura en la historia del Ecuador y constituye una propuesta emblemática del gobierno de la Revolución Ciudadana. El proyecto, en definitiva, se sustenta una visión de desarrollo respetuosa de la naturaleza y de las opciones culturales de los pueblos originarios en aislamiento voluntario que todavía habitan el territorio nacional.
En ese sentido, la Iniciativa Yasuní—ITT marca un liderazgo de Ecuador en la región, al plantear una opción innovadora para combatir el calentamiento global, evitando la explotación de combustibles fósiles en áreas intangibles, de alta sensibilidad biológica y cultural. Además, protege la biodiversidad en la Amazonia, el pulmón más importante del Planeta y el lugar en donde se genera la mayor cantidad de agua dulce.
Esta visión se expresó por primera ocasión en el Plan de Gobierno que presentó Alianza País. Luego se consolidó como política pública en el Plan Nacional de Desarrollo preparado en el 2007 por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES). Posteriormente, recibió su plena sanción política en septiembre pasado, cuando el país aprobó mayoritariamente la Constitución de la República redactada en Ciudad Alfaro, en Montecristi, cuyo eje central es el concepto del buen vivir o sumak kawsay.
Adicionalmente, en septiembre pasado, el señor Presidente de la República, Rafael Correa, presentó en el seno de las Naciones Unidas esta Iniciativa que permitirá mantener bajo tierra las reservas de crudo pesado, si la comunidad internacional compensa al Ecuador con al menos la mitad de las rentas que recibiría por la explotación de ese crudo.
Las reservas del ITT alcanzan, de acuerdo a las últimas estimaciones, 846 millones de barriles recuperables de crudos pesados (14,7° API) que se explotarían durante alrededor de 13 años, a razón de 107.000 barriles diarios, a partir del quinto año, luego de que hubiese culminado satisfactoriamente cualquier proceso de licitación.
La caída de los precios del petróleo provocada por la crisis financiera internacional replantea las condiciones económicas de la Iniciativa. El valor presente neto de la renta esperada para el Estado por la explotación del ITT ha declinado de 11.000 millones de dólares (unos 847 millones anuales) a 1.290 millones de dólares (unos 99 millones anuales), para un precio del barril de crudo WTI (mucho menos pesado que el del ITT) de 40,9 dólares (al 22 de diciembre de 2008).
Mantener bajo tierra el crudo del campo ITT tiene importantes implicaciones éticas, imposibles de cuantificar en términos monetarios. En primer lugar, evitaría la extinción de la cultura Huaorani, cuya subsistencia se ha basado en la caza, recolección y agricultura itinerante. Los Huaorani han sobrevivido el asedio de otras culturas y de la civilización occidental internándose en planicies interfluviales como las del Parque Yasuní. Sin embargo, la explotación de los bosques y la actividad petrolera han afectado irreversiblemente a la mayor parte de esa población. Los Tagaeri y los Taromenane, pertenecientes a esta cultura, han optado por el aislamiento voluntario y sobreviven en la zona intangible al sur del Parque Yasuní.
Otra ventaja de la propuesta es que evitaría la emisión de 407 millones de toneladas métricas de CO2. Más todavía, evitaría los efectos de la deforestación causada por la explotación petrolera, que acarrearía la afectación de un ecosistema constituido desde 1979 como Parque Nacional y declarado por la UNESCO como Reserva Mundial de la Biosfera (1989). Las reservas del ITT se encuentran bajo una de las áreas de mayor biodiversidad del Planeta, que alberga no menos de 165 especies de mamíferos, 110 de anfibios, 72 de reptiles, 630 de aves, 1.130 de árboles y 280 de lianas, sin contar con innumerables especies de invertebrados todavía no estudiados.
Estas son las razones para que, al mediar 2008, la Iniciativa ITT haya recibido el apoyo formal del Parlamento Alemán, que recomendó a otros parlamentos europeos asumir un respaldo similar. El respaldo del gobierno alemán se ha confirmado en 2009, al incluir en su presupuesto una partida, y aprobar un canje de deuda por 30 millones de dólares. De su parte, la Cooperación Alemana ha asignado € 300.000 como apoyo técnico a la Iniciativa, en aspectos jurídicos, ambientales, petroleros y de mercado (de ETS de carbono), que estarán listos en febrero de 2009.
El gobierno noruego, que financia el mayor fondo europeo (unos 3.000 millones de dólares) para reducción de emisiones por deforestación y degradación, está interesado en participar en la propuesta ecuatoriana, mediante apoyo financiero complementario.
La propuesta también ha sido recibida con entusiasmo en el Parlamento Europeo, al igual que en instituciones parlamentarias norteamericanas, organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial y varias organizaciones de la sociedad civil.
Al entrar en su fase definitiva, el Gobierno ecuatoriano decidió dar un nuevo soporte a la Iniciativa Yasuní—ITT, al conformar el Consejo Administrativo y Directivo (CAD) en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, conformado por personalidades como Roque Sevilla y Yolanda Kakabatze que, con el asesoramiento del experto internacional Carlos Larrea, acompañan al Canciller y al representante del Presidente de la República en las delicadas funciones de consolidación de los aspectos jurídicos, ambientales, petroleros y financieros de la Iniciativa.
La Iniciativa Yasuní—ITT, como parte de esta nueva visión de desarrollo en Ecuador, está acompañada de otras iniciativas del Presidente de la República, como la planteada en la OPEP en noviembre del 2008, cuando propuso la instauración de un impuesto sobre las exportaciones de petróleo para financiar la lucha contra la pobreza y la promoción de energías alternativas para contrarrestar el cambio climático.(fuente: mmrree)
Segùn la Cancillerìa de Ecuador, la decisión de prorrogar por seis meses el plazo para lograr los objetivos de la Iniciativa Yasuní—ITT, confirma la responsabilidad del Gobierno del Ecuador, que se ha propuesto constituir un nuevo modelo de desarrollo, basado en alcanzar la sustentabilidad como país y en el cual el crecimiento económico no sacrifique el patrimonio natural y cultural, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, Fander Falconí Benítez.
Por esa razón, el Canciller ecuatoriano expresó su firme compromiso con esta Iniciativa y su apoyo decidido para realizar todos los esfuerzos y las gestiones que sean necesarias para llevar adelante la concreción de este proyecto.
Más aun si la Iniciativa Yasuní—ITT (en referencia a las reservas petroleras del corredor Ishpingo—Tambococha—Tiputini), según el Ministro Falconí, constituye un punto de ruptura en la historia del Ecuador y constituye una propuesta emblemática del gobierno de la Revolución Ciudadana. El proyecto, en definitiva, se sustenta una visión de desarrollo respetuosa de la naturaleza y de las opciones culturales de los pueblos originarios en aislamiento voluntario que todavía habitan el territorio nacional.
En ese sentido, la Iniciativa Yasuní—ITT marca un liderazgo de Ecuador en la región, al plantear una opción innovadora para combatir el calentamiento global, evitando la explotación de combustibles fósiles en áreas intangibles, de alta sensibilidad biológica y cultural. Además, protege la biodiversidad en la Amazonia, el pulmón más importante del Planeta y el lugar en donde se genera la mayor cantidad de agua dulce.
Esta visión se expresó por primera ocasión en el Plan de Gobierno que presentó Alianza País. Luego se consolidó como política pública en el Plan Nacional de Desarrollo preparado en el 2007 por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES). Posteriormente, recibió su plena sanción política en septiembre pasado, cuando el país aprobó mayoritariamente la Constitución de la República redactada en Ciudad Alfaro, en Montecristi, cuyo eje central es el concepto del buen vivir o sumak kawsay.
Adicionalmente, en septiembre pasado, el señor Presidente de la República, Rafael Correa, presentó en el seno de las Naciones Unidas esta Iniciativa que permitirá mantener bajo tierra las reservas de crudo pesado, si la comunidad internacional compensa al Ecuador con al menos la mitad de las rentas que recibiría por la explotación de ese crudo.
Las reservas del ITT alcanzan, de acuerdo a las últimas estimaciones, 846 millones de barriles recuperables de crudos pesados (14,7° API) que se explotarían durante alrededor de 13 años, a razón de 107.000 barriles diarios, a partir del quinto año, luego de que hubiese culminado satisfactoriamente cualquier proceso de licitación.
La caída de los precios del petróleo provocada por la crisis financiera internacional replantea las condiciones económicas de la Iniciativa. El valor presente neto de la renta esperada para el Estado por la explotación del ITT ha declinado de 11.000 millones de dólares (unos 847 millones anuales) a 1.290 millones de dólares (unos 99 millones anuales), para un precio del barril de crudo WTI (mucho menos pesado que el del ITT) de 40,9 dólares (al 22 de diciembre de 2008).
Mantener bajo tierra el crudo del campo ITT tiene importantes implicaciones éticas, imposibles de cuantificar en términos monetarios. En primer lugar, evitaría la extinción de la cultura Huaorani, cuya subsistencia se ha basado en la caza, recolección y agricultura itinerante. Los Huaorani han sobrevivido el asedio de otras culturas y de la civilización occidental internándose en planicies interfluviales como las del Parque Yasuní. Sin embargo, la explotación de los bosques y la actividad petrolera han afectado irreversiblemente a la mayor parte de esa población. Los Tagaeri y los Taromenane, pertenecientes a esta cultura, han optado por el aislamiento voluntario y sobreviven en la zona intangible al sur del Parque Yasuní.
Otra ventaja de la propuesta es que evitaría la emisión de 407 millones de toneladas métricas de CO2. Más todavía, evitaría los efectos de la deforestación causada por la explotación petrolera, que acarrearía la afectación de un ecosistema constituido desde 1979 como Parque Nacional y declarado por la UNESCO como Reserva Mundial de la Biosfera (1989). Las reservas del ITT se encuentran bajo una de las áreas de mayor biodiversidad del Planeta, que alberga no menos de 165 especies de mamíferos, 110 de anfibios, 72 de reptiles, 630 de aves, 1.130 de árboles y 280 de lianas, sin contar con innumerables especies de invertebrados todavía no estudiados.
Estas son las razones para que, al mediar 2008, la Iniciativa ITT haya recibido el apoyo formal del Parlamento Alemán, que recomendó a otros parlamentos europeos asumir un respaldo similar. El respaldo del gobierno alemán se ha confirmado en 2009, al incluir en su presupuesto una partida, y aprobar un canje de deuda por 30 millones de dólares. De su parte, la Cooperación Alemana ha asignado € 300.000 como apoyo técnico a la Iniciativa, en aspectos jurídicos, ambientales, petroleros y de mercado (de ETS de carbono), que estarán listos en febrero de 2009.
El gobierno noruego, que financia el mayor fondo europeo (unos 3.000 millones de dólares) para reducción de emisiones por deforestación y degradación, está interesado en participar en la propuesta ecuatoriana, mediante apoyo financiero complementario.
La propuesta también ha sido recibida con entusiasmo en el Parlamento Europeo, al igual que en instituciones parlamentarias norteamericanas, organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial y varias organizaciones de la sociedad civil.
Al entrar en su fase definitiva, el Gobierno ecuatoriano decidió dar un nuevo soporte a la Iniciativa Yasuní—ITT, al conformar el Consejo Administrativo y Directivo (CAD) en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, conformado por personalidades como Roque Sevilla y Yolanda Kakabatze que, con el asesoramiento del experto internacional Carlos Larrea, acompañan al Canciller y al representante del Presidente de la República en las delicadas funciones de consolidación de los aspectos jurídicos, ambientales, petroleros y financieros de la Iniciativa.
La Iniciativa Yasuní—ITT, como parte de esta nueva visión de desarrollo en Ecuador, está acompañada de otras iniciativas del Presidente de la República, como la planteada en la OPEP en noviembre del 2008, cuando propuso la instauración de un impuesto sobre las exportaciones de petróleo para financiar la lucha contra la pobreza y la promoción de energías alternativas para contrarrestar el cambio climático.(fuente: mmrree)